El amor por los animales puede llevar a algunas personas a tener iniciativas insólitas por salvaguardarlos. En Cerdeña, una mujer que estaba de vacaciones en la isla italiana fue a cenar a un restaurante de Gallura con su marido y actuó de una manera sorprendente.
Esta turista suiza eligió una de las langostas que se muestran en el acuario del establecimiento, hasta ahí algo habitual que se hace en estos restaurantes que cuentan con productos frescos de primera calidad, y cuando se disponían a pesarlo y cocinarlo para servirlo con la salsa especial de la casa, la mujer les aclaró que quería llevársela viva para liberarla en el mar.
"Una buena acción"
Los responsables del restaurante no daban crédito a la petición de su clienta que insistió en que quería hacer una "buena acción" y que ni a ella ni a su marido le importaba pagar los casi 200 euros que costaba. Así que introdujeron la langosta, que pesaba casi dos kilos en un cubo de plástico transparente con agua y se lo entregaron a la señora.
La pareja salió del local con el cubo en la mano y se acercaron al mar para liberarla. La mujer primero la sacó con cuidado del recipiente, después la acarició con mucho mimo por la parte superior y por último la lanzó al agua.
No sabemos si la langosta efectivamente volvió a su hábitat natural o provenía de una piscifactoría y ahora ha descubierto un entorno nuevo, en cualquier caso esta mujer ha querido tener este gesto de sensibilidad con los animales.