Un estudio de diseño de Nueva York compró un par de zapatillas deportivas Nike Air Max a precio de mercado, es decir, 160 dólares, y las ha renovado, añadiendo un crucifijo dorado de Jesús en los cordones e inyectando agua bendita en las cámaras de aire de las suelas. Las vendían por 3.000 euros, pero ya están agotadas.
El diseñador ha contado que el propósito de todo esto es hacer una declaración sobre cuán absurda se ha vuelto la cultura de colaboración.