Christine Anne Rowlands llamó a James Anderson para que le arreglara la caldera a su madre y se quedó sin palabras cuando recibió la factura de la reparación.
La mujer tiene 91 años y sufre un cáncer terminal por lo que el fontanero se negó a cobrarle. Cuando la hija de la señora le pidió la factura, recibió un correo diciéndole que la reparación había costado cero euros.
En la factura se especificaba que "no se le cobraría a esta dama bajo ninguna circunstancia". Y añadía: "la compañía estará disponible las 24 horas para ayudarla en todo lo que sea posible".