El episodio narra cómo Joan Laporta se convirtió en el presidente del Barcelona en 2003, con el apoyo de Johan Cruyff y el grupo de jóvenes profesionales conocidos como los chicos del Power Point. Guardiola, un exjugador y entrenador del filial, fue elegido por Laporta para dirigir al primer equipo en 2008, siguiendo el consejo de Cruyff.
Guardiola se deshizo de las estrellas conflictivas y apostó por un fútbol de posesión y presión, liderado por Messi, Xavi e Iniesta. El equipo logró el histórico sextete en 2009 y dominó el fútbol mundial.
Laporta, que se liberó del aval que le exigía la ley, empezó a manejar el club como su cortijo, con la complicidad de su director general, Joan Olivé.
El Barça hizo negocios con Uzbekistán, un país acusado de violar los derechos humanos, y pagó a una agencia de detectives para espiar a sus vicepresidentes, jueces, periodistas y futbolistas. Laporta también preparó su salto a la política con un partido independentista.
Laporta no supo elegir a un sucesor que continuara su proyecto y se enfrentó a Sandro Rosell, su antiguo socio y rival. Rosell, que había trabajado discretamente en su candidatura, contó con el apoyo de los medios y los sectores más conservadores del barcelonismo. Rosell arrasó en las elecciones de 2010, convirtiéndose en el presidente más votado de la historia del club.
Créditos
- Dirección: Adriá Serra y Conchi Cejudo
- Guion: Adriá Serra y Gonzalo Cabeza
- Narración: Adriá Serra
- Música: Miguel Marcos
- Diseño de sonido: Vanessa Carvajal
- Producción: Iván Pérez
- Producción ejecutiva: Toni Garrido