Hace dos mil años el hombre del desierto de Perú dejó grabados sobre el terreno unas figuras inmensas que han logrado vencer al peor de los enemigos: el paso del tiempo. ¿Para qué las hicieron? ¿A quién estaban dirigidas? ¿Son las líneas de Nazca, Palpa, Paracas o Atacama mensajes destinados a los dioses de las estrellas? Si es así, ¿quiénes eran esos dioses? De lo que no hay duda es de que fueron realizadas a tamaño gigantesco para ser vistas desde los cielos. Pero, ¿quiénes debían de verlas? Te lo contamos, y te adelantamos los últimos estudios realizados sobre el terreno, que desvelan muchas incógnitas alrededor de este fascinante asunto.