El Ayuntamiento de Palma de Mallorca tomó la decisión de cerrar la Unidad Canina (UCAN) de la Policía Local debido a la elevada edad de los perros que formaban parte de ella. Dos de esos caninos ya jubilados, Budi y Max, de 11 y 16 años respectivamente, se encuentran ahora viviendo en las instalaciones de la policía en el Castillo de Bellver, aunque una parte de la población reclama que se les busque un nuevo hogar.
Según ha comentado el subinspector de la Policía Local de Palma, Mario González, en 'Como el perro y el gato', los animales de la UCAN fueron devueltos a sus familias de origen a excepción de Budi y Max, que, por decisión del Consistorio para atajar críticas, fueron trasladados al complejo de la Policía Montada. No obstante, el caso generó controversia. "Hubo críticas en la prensa y el Ayuntamiento decidió darles una jubilación en las instalaciones de Bellver".
El subinspector ha trasladado que los dos perros conviven en buenas condiciones, no están encerrados y tienen un monitor en el recinto. "Las veces que he ido a verlos están tranquilos. Se sienten en familia y los veo bastante bien allí", ha asegurado.
Por su parte, la portavoz de la Comisión de Seguimiento Animalista del caso, Nieves Martín, ha denunciado la negativa del Ayuntamiento ante la búsqueda de unos dueños para Budi y Max y ha insistido en que ella sí pudo encontrarle una a Budi, pero la regidora "no dejó darlo en adopción".
En la misma línea se ha pronunciado Rosa Chamorro, presidenta de la asociación Héroes de Cuatro Patas, quien además ha remarcado que recibieron peticiones para intervenir en la situación. "Creemos que los perros podrían haber estado mejor para la edad que tienen y para los problemas de salud que tienen", ha concluido.