Hola Iván, me llamo Patxi y soy un jabalí vasco, concretamente de Pamplona, tierra de encierros de toros corriendo por la calle Estafeta.
Pues algo parecido me ha pasado a mi, como ayer te escuche que hablaste de un zorro que se había desorientado y lo había salvado la guardia civil, he pensado le voy a contar mi historia, resulta que el otro día me encontraba desorientado y me fui metiendo para la ciudad.
Cuando me quise dar cuenta estaba metido en un pipican, lo estaba flipando con los perros, porque a nosotros no nos han puesto un pipijabalí, eso es especismo, menos mal que era de madrugada y no había nadie, sí no imagínate la que se lía.
Continué con mi paseo y bajé por la calle Monjardín, hasta que me vio un vecino, después me vieron dos, después tres y así sustantivamente, hasta que empezaron a llamar a la Policía Municipal de Pamplona y de repente me sentí como el Lute.
Encendieron los focos y me puse a correr como si vinieran detrás mía, con un periódico enrollado, el dia de san Fermín. En ese momento me acorde de los consejos de mi madre, que me decía, "quédate en monte y no bajes a la ciudad, que habrá comida fácil, pero ese no es sitio para un jabalí".
Mientras corría le iba rezando a San Gorrino de Asís, pa que no me pasara nada, pensaba, como me maten, ya veras la bronca que me va a echar mi madre.
En verdad la policía no me hizo nada, solo me estaban guiando, pero eso no me di cuenta hasta que no quedé encarado a la zona del Soto de Lezkairu, que eso ya me sonaba más.
Llegué a casa a salvo y cuando me preguntaron de dónde venia, les dije que había estado olfateando trufas, pero ya sabes cómo son las madres, me olió y me dijo, hueles a ciudad que apestas.
Conclusión una semana castigado sin ir a la charca, se despide vosotros, Patxi el jabalí rebelde adolescente vasco.