Hola Iván, soy un gato de Borodianka, al este de Kiev, ya sabes como están aquí las cosas con los rusos, te escribo para contarte mi peripecia.
Yo vivía en uno de los rascacielos de la ciudad, buena vida buena familia, hasta que un dia cayó una bomba y después de eso se produjo el caos, imagínate el susto que se puede llevar un gato domestico, si oye un petardo, ¿perooo un misil…?
No se me pasa el susto ni bañándome en una piscina de Feliway, después del ruido infernal y la onda expansiva el edificio quedo como los tebeos de “13 rue del percebe", como si fuera un loft con vistas al exterior, todo diáfano y sin paredes.
Lo impresionante era estar vivo después del zambombazo, pero a ver cómo salgo de una séptima planta, lo primero que encontré fue una caja de cartón entre los escombros, que me sirvió de casa.
Lo que no me imaginaba es que iba pasar semanas, tratando de sobrevivir en mitad del infierno, mejor ni te cuento como lo hice.
Cuando ya pensaba que no lo iba a contar, Eugene Kibet, que para que lo entiendas, el pertenece a un grupo como los famosos “Los cuatro de la empanadilla” pero en versión ucraniana, me vio con unos prismáticos y empezó a hacer presión en redes sociales para que me rescataran.
Quién iba imaginar que estando la ciudad como está, los bomberos iban a traer el camión gordo de las escaleras para sacarme de allí.
Así fue como Eugene Kibet subió rescatarme me metí en su chaqueta y al bajar estaban todos apoyando trayéndome agua y comida.
Eso me ha devuelto la confianza en el ser humano, que me arrebató el misil que lanzó otro ser humano.
Se despide de vosotros, el gato ucraniano que sobrevivió a una catástrofe y volvió a nacer.