La vida depara en ocasiones situaciones difíciles o extremas o simplemente curiosas que encierran luego una enseñanza. Nuestra vida se configura por una sucesión de momentos marcados por vivencias y personas. Algunos de ellos nos influyen de forma determinante, mientras que otros pasan desapercibidos; aunque también están esos que dejan su huella de forma silenciosa.
Un gran número de las experiencias que vivimos quedan ancladas en nuestra mente a modo de recuerdo, sobre todo, aquellas que más nos impactaron a nivel emocional. Y es a través de los relatos como las describimos. Y eso es precisamente lo que ha hecho Carlos Rodríguez. Ha narrado, contado, relatado, la emotiva historia sobre Lany, su perra enferma que ha sido sacrificada recientemente:
"No existe animal más noble y puro. Lo que más me sorprendía de Lany era su paciencia. Y tú pensabas, cuanto me ha enseñado este animal, cuanto me ha regalado. Y lo cierto es que me ha regalado más que muchas personas. La simple observación de un ser puro, como es un animal, no racional, nos tendría que proporcionar la mejor escuela de vida", relata Carlos.
"El ser humano debería aprender mucho de los seres no racionales. Muchísimo. Su paciencia, empatía, naturalidad, el deseo de no jorobar al otro...es duro, pero en el fondo es bonito, porque todo el amor que te da un ser tan puro como es un perro, nunca te lo dará alguien como nosotros".
A menudo suelen decir que quien no ha descubierto lo que es vivir con un gato cautivador o un perro obsesionado en pedirte un poco de atención, quien nunca ha tenido una mascota, no sabe lo que es el amor más puro y desinteresado…Ese que se ofrece a cambio de nada, el que carece de resentimientos y que calladamente, y a través de pequeños detalles, va haciendo de tu vida un escenario más plácido, agradable y auténtico.