El pasado viernes 21 de mayo el contingente de la XXXIV Campaña Antártica del Ejército de Tierra dio el relevo al equipo sucesor que se desplegará a finales de año en la Isla Decepción del Polo Sur. Su misión: preservar la presencia española en la Antártida así como acompañar y cubrir las necesidades logísticas de los investigadores y científicos, tanto nacionales como extranjeros, que allí realizan sus estudios durante el verano austral.
Previo a este relevo, ambos equipos han compartido cuatro semanas de entrenamiento conjunto para intercambiar experiencias y revisar el material necesario para enfrentarse a las exigentes condiciones a las que se expondrán en la Antártida, concretamente en la Base Gabriel de Castilla situada a un millar de kilómetros del lugar poblado más cercano.
Zaragoza, donde se encuentra el Cuartel General de la Brigada Logística que coordina el apoyo a la misión, y las montañosas zonas de Benasque, han sido los escenarios de este primer entrenamiento para los doce militares que llevarán a cabo la XXXV Campaña Antártica liderados por el comandante Víctor Mariño. Se trata de un equipo multidisciplinar que cuenta con una media de 20 años de experiencia militar.
Pese a su alta especialización, entre los meses de mayo y noviembre los efectivos tendrán que completar diversas jornadas de actualización por áreas de conocimiento como comunicaciones, sanidad, mantenimiento e ingeniería, y se someterán a entrenamientos de navegación y en ambientes invernales que les prepararán para soportar los -20 grados de sensación térmica que se pueden alcanzar en Isla Decepción.
Tanto Mariño como su predecesor, el también comandante José Ignacio Cardesa, fueron entrevistados el 15 de mayo en De cero al infinito en la primera de las tres entregas que ha preparado el programa para seguir de cerca el desarrollo de esta misión.
La Campaña Antártica del Ejército de Tierra es la operación en activo más antigua de las Fuerzas Armadas españolas y tiene carácter anual. La Base Gabriel de Castilla se encuentra a 13.000 kilómetros de España y es, junto al Buque de Investigación Oceanográfica Hespérides y la Base Juan Carlos I, una de las tres plataformas de investigación con las que nuestro país opera en la Antártida.