Accidentes de tráfico o en el trabajo, caídas, incendios, infartos... Son muchas las situaciones críticas que pueden aparecer en la vida cotidiana. Para afrontarlas con éxito debemos estar preparados y saber cómo actuar con rapidez y eficacia ya que cualquier emergencia de este tipo se caracteriza por dos factores que están relacionados: por un lado, que debe ser atendida de inmediato para evitar que el daño producido se vuelva irreversible y, por otro, que cuanto más tiempo pase sin resolverse más difícil será que tenga un final feliz.
Conocer el procedimiento de actuación ante cualquier emergencia es fundamental para la seguridad de uno mismo o de las personas que estén afectadas pero también porque existe una obligación legal de auxiliar siempre a quien lo necesite. El artículo 195 del Código Penal recoge la omisión del deber de socorro como un delito que puede conllevar penas de hasta cuatro años de prisión en los casos más graves.
La clave para saber cómo actuar ante cualquier emergencia está en un protocolo muy extendido entre quienes se han formado en primeros auxilios o quienes son profesionales de este ámbito. Se trata de la conducta PAS, cuyas siglas hacen referencia a las tres acciones principales que debemos llevar a cabo, por ese orden, para afrontar estas situaciones: PROTEGER, AYUDAR y SOCORRER.
Este protocolo permite a cualquier persona contar con unas nociones básicas para proceder ante cualquier emergencia sin tener los conocimientos técnicos necesarios para, por ejemplo, atender a un herido o apagar un incendio. Sin embargo, la conducta PAS nos guía para prestar esa ayuda necesaria a la víctima hasta la llegada de los profesionales.
PROTEGER
La primera medida que se debe adoptar cuando ocurre una emergencia es la de protegerse a uno mismo, es decir, lo que en el mundo de la protección civil recibe el nombre de autoprotección. Para ello es necesario valorar lo que ha ocurrido y la escena en la que se está desarrollando la emergencia.
Si nuestra propia salud o seguridad corren peligro no debemos acercarnos al lugar del incidente. En caso de que podamos hacerlo de forma aparentemente segura, antes hay que tomar las medidas oportunas. Por ejemplo, en caso de un accidente de tráfico además de utilizar el chaleco y señalizar el lugar, hay que asegurarse de que la persona que va a ayudar a los posibles heridos no se expone al riesgo de ser atropellado y convertirse en una víctima más.
Ya con las medidas de autoprotección adecuadas es el momento de proteger a los demás, de tal forma que antes de asistir a los afectados se debe asegurar la zona para que no haya nuevas víctimas o que los heridos no sufran mayores consecuencias.
¿Qué ocurre si la zona no es segura o yo mismo corro peligro si actúo? En este caso avisar a los servicios de emergencia ya se considera prestar asistencia.
AVISAR
El primer impulso cuando ocurre cualquier emergencia suele ser intentar asistir al herido. Sin embargo, si los primeros momentos de auxilio los dedicamos a atender en vez de avisar a los servicios de emergencia estaremos perdiendo unos valiosos minutos que son esenciales para que los centros 1-1-2 activen a los profesionales que acudirán con la verdadera ayuda.
Por ello los expertos explican que, una vez asegurada la zona y que tanto nosotros mismos como los demás estamos a salvo, el siguiente paso es llamar a emergencias. En el caso de Europa este aviso se da a través del teléfono 112 donde nos atenderá un operador especializado que además de enviar los recursos necesarios nos dirá qué hacer a continuación, en el siguiente paso de la conducta PAS.
SOCORRER
Ahora sí, tras tomar las medidas se seguridad y alertar a emergencias, llega el momento de asistir a los posibles heridos. Eso sí, solo lo haremos si contamos con los conocimientos adecuados para llevar a cabo la asistencia. En este punto los especialistas también se muestran muy contundentes: si no se sabe qué hacer lo mejor es no hacer nada, ya que de lo contrario la situación de una persona herida podría empeorar. Por lo tanto esta ayuda se llevará a cabo, en primera instancia, aplicando los primeros auxilios pero solo si se conocen.
Otra forma de ayudar es siempre la de acompañar a la persona hasta la llegada de los servicios de emergencia y seguir en todo momento las instrucciones que facilita el operador del 1-1-2.
Una vez que los servicios de emergencia hagan acto de presencia es importante contar lo que ha ocurrido y facilitar su trabajo, bien poniéndonos a su disposición o en caso de no ser necesario porque así nos lo indiquen, abandonando el lugar.
Proteger, avisar y socorrer, los tres sencillos pasos de la conducta PAS con la que cualquier persona puede convertirse en un héroe sin capa y ayudar a salvar vidas.