El Grupo de Acción Rápida (GAR) es la unidad de élite de la Guardia Civil dedicada a la lucha antiterrorista. Nacida en plena época de los "años de plomo" (1978) cuando ETA mataba a casi cien personas por año, la por entonces Unidad Antiterrorista Rural (UAR) fue concebida como la herramienta del Estado para combatir los estragos causados por el terrorismo.
El GAR tiene como objetivo dar una respuesta lo más rápida posible ante las situaciones de mayor riesgo. La formación continua y la máxima implicación de todo el personal, desde el mando hasta el último guardia civil, son esenciales para el éxito de la unidad, tal y como reconoce el teniente coronel Valentín Villamayor, jefe operativo del GAR. Y es que ante un posible enfrentamiento armado los agentes del GAR tienen la preparación adecuada para dar una respuesta "serena y lo menos lesiva posible", asegura este oficial.
Además de intervenir en las situaciones más críticas, el GAR también desarrolla una importante labor en la prevención de delitos adaptándose al terreno sobre el que se encuentren desplegados sus efectivos.
Con base en Logroño y una historia íntimamente relacionada a la lucha contra ETA en el País Vasco y Navarra, donde se encuentran actualmente las cuatro compañías que componen el GAR, sus cerca de 400 guardias civiles están siempre preparados para desplegarse en cualquier punto del país o para participar también en misiones en el extranjero.
Fuera de nuestras fronteras, el GAR participa en misiones internacionales para garantizar la seguridad en las zonas donde se despliega un contingente español y, por otro lado, lleva a cabo tareas de asesoramiento y formación para que unidades de fuerzas extranjeras puedan realizar su labor con las mayores garantías de éxito. Este es el caso del proyecto GAR-SI Sahel, liderado por la Guardia Civil para el entrenamiento de efectivos en seis países del continente africano con una importante localización estratégica y cuya estabilidad es fundamental para evitar el avance hacia nuestro propio país de amenazas como el terrorismo.
Desde el inicio de los actos terroristas perpetrados por ETA, más de doscientos guardias civiles fueron asesinados por la banda terrorista. Por ello la derrota policial de ETA tiene un significado especial para los miembros del GAR que hoy ya hablan de "la satisfacción del deber cumplido". Sin embargo, el final de la banda no ha significado el fin del Grupo de Acción Rápida que, gracias a su experiencia, ahora centra sus esfuerzos en derrotar otras amenazas como el crimen organizado o la amenaza del terrorismo yihadista.