Datos recientes publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) han dejado en evidencia la falta de actividad física que padecen los niños y adolescentes españoles. Por otro lado, tal y como recoge la Asociación Española de Pediatría (AEP), el incremento del uso de coche y las aglomeraciones en las rutas escolares contribuyen al aumento de la contaminación atmosférica urbana.
Lejos de ser un mera cuestión estética, esta falta de actividad está acarreando numerosos problemas de salud y medioambiente en nuestra población más joven. La AEP pretende mostrar cómo los pequeños gestos de ir caminando al colegio pueden tener resultados de gran envergadura para mejorar estas circunstancias.
“Cerca del 23% de nuestros escolares tiene sobrepeso y en torno a un 18% padece obesidad. Caminar un kilómetro de ida y otro de vuelta al día, -distancia media entre el colegio y el hogar-, supone realizar hasta 2/3 partes del ejercicio diario recomendado en los menores”. De forma paralela, “las aglomeraciones y el uso del coche para ir al cole también contribuyen al empeoramiento de la calidad global del aire en las ciudades”, asegura la doctoraMaría José Mellado Peña, presidente de la AEP.
“Los niños que caminan o van en bicicleta a la escuela tienen niveles diarios más altos de actividad física y mejor condición cardiovascular que los niños que no viajan activamente a la escuela”, asegura el doctor Juan Antonio Ortega García, coordinador del Comité de Salud Medioambiental (CSM) de la AEP. Por su parte, el doctor Julio Álvarez Pitti, vocal de actividad física del Comité de Promoción de la Salud (CPS) de la AEP, explica que “la realización de esta actividad física ayuda a disminuir los valores de presión arterial, mejora la capacidad de regulación de los niveles de azúcar de la sangre mejorando la sensibilidad a la insulina, disminuye los valores de triglicéridos, incrementa los valores de colesterol (HDL) y contribuye a mejorar la condición física cardio-respiratoria”.