El cambio de rutinas que suele acompañar la época estival es sinónimo de una cierta relajación en los hábitos dietéticos y un mayor consumo de alimentos de escaso valor nutricional vinculados a momentos de ocio.
Tal y como recoge Cigna, el riesgo de comer entre horas de manera impulsiva y desordenada se incrementa. Por eso, es importante tener en cuenta ciertas pautas para seguir cuidando nuestro bienestar digestivo en los meses más calurosos del año: procurar no comer frente al ordenador mientras se teletrabaja, planificar las comidas de la semana, cocinar con antelación, evitar alimentos de un bajo perfil nutricional y altamente calóricos, y apostar por alternativas saludables a la hora de disfrutar de un tentempié.
El riesgo de comer de manera impulsiva a raíz de ciertas emociones está muy ligado al auge del teletrabajo, y se agrava cuando existe una conducta sedentaria, tal y como señala la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Y es que, al problema de comer entre horas, se añade la falta de la actividad física por la reducción de desplazamientos al lugar de trabajo, lo que podría provocar, según esta organización, un incremento de las personas que padecen obesidad y la aparición de numerosos problemas de salud, tales como diabetes o hipertensión.