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El crecimiento uterino durante el embarazo afecta al suelo pélvico

“El motor de tal cambio es el crecimiento uterino que va provocando una protusión abdominal que origina cambios en la postura como la posteriorización de eje de gravedad a través del aumento de la curva lumbar, cifosis dorsal compensatoria, anteversión cefálica y de hombros”, explica Carla Talens, fisioterapeuta y responsable de la Unidad de Suelo Pélvico del Hospital Vithas Nisa 9 de Octubre.

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Madrid |

El crecimiento uterino durante el embarazo afecta al suelo pélvico | Redacción

Durante el embarazo el cuerpo de la mujer debe cambiar drásticamente para acomodar al bebé. Estos cambios afectan tanto a la estabilidad como a la postura y como consecuencia pueden originar patologías y algias (dolores) comunes durante la gestación y en ocasiones continuándose en el posparto, según recoge ‘Vithas’.

“El motor de tal cambio es el crecimiento uterino que va provocando una protusión abdominal que origina cambios en la postura como la posteriorización de eje de gravedad a través del aumento de la curva lumbar, cifosis dorsal compensatoria, anteversión cefálica y de hombros”, explica Carla Talens, fisioterapeuta y responsable de la Unidad de Suelo Pélvico del Hospital Vithas Nisa 9 de Octubre.

En relación a dichos cambios también se produce hiperextensión de rodillas, aplanamiento de los arcos plantares, aumento de la base de sustentación para mantener mejor el equilibrio; también incremento de presión sobre los talones.

Por otro lado también se experimentan cambios a nivel del tórax, principalmente el desplazamiento craneal del diafragma y la horizontalización de las costillas, que conlleva un incremento del diámetro de la caja torácica y, a nivel funcional, a un ligero descenso de la capacidad pulmonar total.

Consecuencias.

Todos estos cambios producidos en la postura de la mujer embarazada, unidos al factor hormonal que permite mayor laxitud y movilidad articular, se relaciona a algias (dolores) propias de la gestación como las lumbalgias, pubalgias, sacroileítis, coxigodinias, dolor en plantas de los pies, en rodillas y el síndrome del túnel carpiano.

Por otro lado en el suelo pélvico también se suceden cambios propios de la gestación que lo predisponen a déficit funcional y consecuentes patologías.

Debido al incremento del peso y de presiones sobre el suelo pélvico, este pierde tono, se distiende y puede perder capacidad en su mecanismo de cierre esfinteriano y su función de sostén visceral. El suelo pélvico se vuelve más laxo y menos competente en sus dos funciones: cierre y sostén.