EN BUENAS MANOS

El déficit de vitamina D por falta de exposición solar afecta a más del 50% de la población

Tal y como recoge ‘Vithas’, el origen de la vitamina D en nuestro organismo es doble: por un lado, se sintetiza en la piel cuando nos da la luz de sol, y es la fuente mayoritaria. Por otro lado, depende de lo que ingerimos con los alimentos. El déficit crónico de vitamina D se correlaciona con un empeoramiento de la osteoporosis, y a largo plazo con las fracturas óseas, y esto es importante en las mujeres después de la menopausia.

ondacero.es

Madrid |

El déficit de vitamina D por falta de exposición solar afecta a más del 50% de la población | Redacción

El sol es el principal aliado para que a nuestro organismo no le falta la vitamina D, fundamental para la absorción y el mantenimiento de los niveles de calcio en los huesos, entre otras muchas funciones beneficiosas. Por eso, es extraño pensar que a pesar de vivir en un país que presume de gran cantidad de horas de sol al año, el déficit de vitamina D afecta a más de un 50% de la población, llegando a un porcentaje del 80% en los ancianos, dependiendo de la época del año en que se determine.

Tal y como recoge ‘Vithas’, el origen de la vitamina D en nuestro organismo es doble: por un lado, se sintetiza en la piel cuando nos da la luz de sol, y es la fuente mayoritaria. Por otro lado, depende de lo que ingerimos con los alimentos. El déficit crónico de vitamina D se correlaciona con un empeoramiento de la osteoporosis, y a largo plazo con las fracturas óseas, y esto es importante en las mujeres después de la menopausia.

Tal como explica el doctor Francisco Javier Maravall del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime, “el motivo principal de dicho déficit es la insuficiente exposición solar, agravada por el uso de cremas de alta protección, imprescindibles para reducir el riesgo padecer el cáncer de piel asociado a la exposición al sol” y matiza que “por otra parte, no hay que olvidar que hay personas con enfermedades determinadas que provocan una mala absorción de vitamina D o una insuficiente producción, como es el caso de la insuficiencia renal o algunas enfermedades intestinales”.

La paradoja surge con las recomendaciones de los dermatólogos en la utilización de las cremas solares con un factor de protección alto principalmente para prevenir la aparición de algunos cánceres de piel (como por ejemplo el melanoma).

“Evidentemente, -afirma el doctor Maravall-, la clave está en encontrar el equilibrio entre protección y exposición. Una exposición al sol diaria, controlada y acordada con el médico de unos 15 minutos, en una superficie equivalente al escote, la cara y los brazos, sería muy positiva para mejorar esta carencia, pero evitando las horas de mayor intensidad solar (entre las 11 y las 16 h), y siempre con protección.

Por otra parte, no debemos olvidar que la dieta aportaría un 10% de lo que nuestro organismo necesita, “los alimentos como los cereales fortificados, la leche enriquecida artificialmente, la yema de huevo y los pescados azules como salmón, atún y caballa, constituyen la fuente nutricional más importante de vitamina D.