La Dra. Marta Montero es oncóloga radioterápica en el Centro de Protonterapia Quirónsalud.
En una entrevista con iSanidad, la especialista ha destacado los principales beneficios que aporta el tratamiento con protonterapia a los pacientes.
A continuación se recoge parte de la entrevista:
«Los protones se dirigen con precisión milimétrica y depositan la dosis específica de radiación en una región»
Pregunta- Qué valor aporta la protonterapia como terapia contra el cáncer?
Respuesta- La protonterapia en un tipo de radioterapia que se diferencia de la convencional, con fotones, en las características físicas de estas partículas pesadas, los protones. Al basarse en un haz de partículas cargadas aceleradas de alta energía, permite conformar de forma más exacta la radiación a nivel del objetivo, porque depositan la mayor parte de su energía a la profundidad del tumor. Esto permite dirigir la dosis de radiación esencialmente al tumor, minimizando el riesgo de dañar los tejidos sanos circundantes. En concreto, los protones se dirigen con precisión milimétrica y depositan la dosis específica de radiación en una región. Al tratar exclusivamente la zona tumoral, minimizando el daño en el tejido sano circundante, tiene una menor toxicidad tanto aguda como crónica.
«Es muy reconfortante trabajar con una técnica que beneficia al paciente y que además supone un reto profesional en el ámbito de la investigación»
P- ¿Cómo ayuda al paciente el tratamiento con protonterapia?
R- Al tratar exclusivamente la zona tumoral disminuyendo dosis en el tejido sano circundante, minimiza con ello la toxicidad mejorando la tolerancia al tratamiento y asegurando con ello la continuidad del mismo, siendo este uno de los factores pronósticos más importantes en los pacientes oncológicos. La cobertura al volumen tumoral, principalmente en tumores localizados o adyacentes a regiones criticas como es a nivel cerebral o medular, mejora respecto a técnicas convencionales logrando con ello un mayor control local de la enfermedad. A nivel crónico, minimiza secuelas a largo plazo impactando esto positivamente en la calidad de vida de los pacientes. Para nosotros, los profesionales, es muy reconfortante trabajar con una técnica que beneficia al paciente y que además supone un reto profesional en el ámbito de la investigación y desarrollo, y por supuesto la docencia.