El agujero de la industria farmacéutica no se ha hecho esperar, como dijo Martín Sellés, el sector en un marco de colaboración con el Gobierno, podría abordar un plan enfocado en diversos objetivos como incrementar las inversiones industriales creando nuevas plantas de producción, modernizando las actuales. Además, y esto es lo más importante, propiciar inversiones en investigación básica y clínica e incrementar la colaboración con las instituciones para fortalecer la I+D en España.
Esta área afectada por la crisis económica invierte en el sistema público apenas el 6 por ciento del PIB, cuando hace diez años era el 6,5 por ciento, mientras la media en la Unión Europea supera el 7 por ciento.
Todo hace aguas, pero es un error mayúsculo tener quince mil visitadores médicos del área farmacéutica y alrededor de cinco mil de las tecnológicas de FENIN trastornados, muchos de ellos, por la prohibición de hacer visita médica en Castilla La Mancha, Cataluña, País Vasco y Madrid. Tanto mis admirados Martín Sellés, Humberto Arnés como Margarita Alfonsel no han hecho ningún ruido, aunque los datos que les respaldan sean dramáticos. Los laboratorios no venden, la gente está parada, el profesional sanitario carece de la información innovadora que daría lugar a mejor precisión en los tratamientos. Un profesional se devalúa sin información inmediata y al final los pacientes no disponen de los tratamientos adecuados para su curación. Estamos tirando por tierra un veinte por ciento del total de la inversión en I+D en España. Somos un desastre.