El Dr. Luis Manuel Entrenas, Jefe de servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba, aborda en una entrevista con La Razón, cómo diagnosticar y combatir la rinitis alérgica.
A continuación se recoge parte de la entrevista:
Pregunta- ¿Cuáles son los síntomas de la rinitis alérgica?
Respuesta- Son manifestaciones locales: picor nasal, rinorrea acuosa (moco líquido), estornudos… Además, habitualmente, se presentan molestias oculares, como picor y enrojecimiento. Los síntomas son oscilantes a lo largo del día y, normalmente, se producen en los momentos de exposición al alérgeno que lo provoca (polen, ácaros, epitelios animales, etc.).
P- ¿Qué relación tiene con el asma?
R- Mucha. De hecho, se ha acuñado el término de vía aérea única para indicar la unidad funcional que representa el epitelio nasal y el epitelio bronquial. Lo habitual es que debute en la infancia con algún problema de tipo cutáneo (dermatitis atópica) y que más tarde aparezcan síntomas de rinitis para, por último, que el asma se haga presente. Es lo que se llama marcha atópica. Cuando la enfermedad se encuentra establecida, si se estimula la nariz aumentan los mediadores de la inflamación en el bronquio, y viceversa.
P- ¿Por qué es tan difícil el diagnóstico cuando coinciden?
R- Normalmente se suele atender a la que causa síntomas más importantes que es el asma, por lo que las manifestaciones de la rinitis pueden ser obviados o minusvalorados. El riesgo es que si la dejamos sin tratar el asma no se controlará en su totalidad.
«En primavera se suman factores como el aumento de las actividades al aire libre o la polinización»
P- ¿En primavera empeoran sus síntomas?
R- Sí. En esta estación se suman factores como el aumento de las actividades al aire libre o la polinización. Si el paciente se encuentra sensibilizado a determinado polen, va a tener síntomas cuando se exponga a éste.
P- ¿Qué son las denominadas terapias biológicas?
R-Desde 2006 disponemos en España de este tipo de tratamientos reservados a pacientes con asma grave. Han sido diseñados para evitar las crisis, aunque también aportan mejoría en otros parámetros, especialmente de la función pulmonar y en el control de la enfermedad. Los anticuerpos monoclonales son eficaces y seguros, y evitan el uso de corticoides orales. Se prevé que en los próximos años sigan llegando nuevas moléculas capaces de inhibir la cascada de inflamación en el asma cada vez más arriba. Así serán utilizables cada vez en más tipos de asmáticos, porque hasta el momento solo son efectivos en pacientes con asma alérgica o asma mediada por eosinófilos.