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Gastroenteritis infantil: pautas para tratarla

Otro rasgo de esta patología en la población infantil es que se propaga con gran facilidad, como explica el doctor Julio Maset, experto médico de Cinfa: “Los niños son más proclives a contagiarse entre ellos, debido a su manera relacionarse y de jugar, en la que hay mucho contacto físico.

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Madrid |

Gastroenteritis infantil: pautas para tratarla | Redacción

La gastroenteritis es el trastorno digestivo más frecuente en niños y consiste en la inflamación de la pared del estómago y de los intestinos a causa de una infección. De inicio brusco, su síntoma más característico es la diarrea, que puede ir acompañada de vómitos, fiebre y dolor abdominal, según Cinfa.

Otro rasgo de esta patología en la población infantil es que se propaga con gran facilidad, como explica el doctor Julio Maset, experto médico de Cinfa: “Los niños son más proclives a contagiarse entre ellos, debido a su manera relacionarse y de jugar, en la que hay mucho contacto físico. También el hecho de que compartan a menudo sus cosas dentro del aula o los cubiertos y utensilios en el comedor escolar influye en que se propaguen más fácilmente los virus, el tipo de agente infeccioso que con más frecuencia causa esta afección intestinal”.

Pautas para tratar la gastrointeritis en niños:

1.Hidrátale en cantidad adecuada, pero poco a poco. Durante los episodios más agudos de la enfermedad, asegúrate de que tu hijo repone los líquidos y sales que está perdiendo.

2.Apuesta por las soluciones de rehidratación y evita las bebidas isotónicas. Tomar sueros de rehidratación oral cada poco tiempo constituye una buena opción para evitar la deshidratación del niño. En cambio, las bebidas isotónicas están pensadas para adultos durante la práctica deportiva, por lo que no son recomendables en casos de gastroenteritis infantil.

3.Inicia su alimentación habitual en cuanto sea posible. El niño debe comer en cuanto tenga apetito, no es necesario ningún periodo de pausa o ayuno ni una dieta astringente. Por eso, ofrécele alimentos de su dieta habitual que le resulten apetecibles e irá pidiendo más comida a medida que se vaya sintiendo mejor.

4.No dejes de darle el pecho o el biberón. Si el niño todavía es lactante, debe seguir tomando el pecho; incluso puedes aumentar la frecuencia de las tomas y hacerlas más cortas. Si toma biberón, no necesitas cambiar la fórmula ni rebajar su concentración.

5.Vigila ciertas señales de deshidratación. Sabrás si tu hijo está deshidratado si tiene los labios y la boca secos, lleva mucho tiempo sin orinar y tiene los ojos hundidos. En bebés pequeños, que la parte blanda que tiene en la parte superior de la cabeza esté hundida también es un signo de deshidratación.

6.Consulta a tu farmacéutico sobre los probióticos. Tu médico o farmacéutico pueden recomendarte probióticos para ayudar a repoblar la flora intestinal y acortar algo la duración de la diarrea, de forma que el niño se recupere antes.

7.Evita las medicinas, a no ser que te lo indique el pediatra. No existe medicación específica para la gastroenteritis vírica; los antibióticos no son efectivos y pueden alargar la duración de la diarrea. Siguiendo las indicaciones de tu médico, puedes dar a tu hijo antipiréticos para aliviar la fiebre.

8.Máxima higiene para prevenir el contagio. Enseña a tu hijo a lavarse las manos cuidadosamente con agua tibia y jabón, durante quince segundos, después de ir al baño y antes de comer. Por tu parte, procura predicar con el ejemplo y hacer lo mismo frecuentemente, sobre todo después de ir al servicio, tras cambiar los pañales o asear a tu pequeño y antes de cocinar y comer.

9.No lo lleves a la escuela hasta que esté mejor. Aunque es mejor no limitar la actividad del niño y, pese a la mayoría de las gastroenteritis en nuestro entorno son leves, espera a que se encuentre mejor para llevarlo al colegio o la guardería, pues hasta entonces puede contagiar a sus compañeros.

10.Acude al pediatra si observas ciertos síntomas. Pese a que la mayoría de los casos de gastroenteritis infantil ceden por sí solos a los pocos días, si aprecias signos de deshidratación en el niño, si presenta fiebre alta o no cede o si ves sangre en sus deposiciones, debes acudir al médico con tu hijo.