Los videojuegos activos son una alternativa para promover el ejercicio físico y combatir la obesidad infantil, uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial debido a su alta prevalencia.
Así lo demuestra el proyecto Videoactivo, dirigido por José Antonio Casajús, investigador del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) y catedrático de la Universidad de Zaragoza.
Esta investigación, financiada por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad (MINECO), ha analizado los efectos de una intervención durante cinco meses con videojuegos activos combinados con ejercicio multicomponente sobre la resistencia cardiorrespiratoria, uno de los componentes de la condición física estrechamente relacionada con la salud cardiovascular, medido a través del consumo máximo de oxígeno en niños y niñas de 9 a 11 años con sobrepeso y obesidad.
El consumo máximo de oxígeno es el volumen máximo que nuestro cuerpo puede utilizar por unidad de tiempo, y es la variable más representativa de la resistencia cardiorrespiratoria de una persona.
Tal y como recoge CIBEROBN, la evidencia científica muestra que el ejercicio multicomponente, que incluye fuerza muscular y resistencia aeróbica es efectivo para incrementar la resistencia cardiorrespiratoria, tanto en la etapa adulta como en la niñez.
Sin embargo, la baja adherencia a los programas de ejercicio físico tradicionales por parte de los y las jóvenes con sobrepeso y obesidad supone un desafío para los profesionales de la salud, sumado esto a la predilección de estos jóvenes por las nuevas tecnologías, que generan una gran cantidad de tiempo sedentario frente a pantallas. Frente a este problema surge la alternativa de promover el ejercicio físico a través de videojuegos activos, aprovechando las preferencias de estos jóvenes por esta tecnología digital.