Ante la amenaza de un invierno con una gripe estacional más fuerte que otros años y la aparición de nuevas variantes del COVID-19, muchos españoles se están planteando la adopción de medidas extraordinarias tales como la vacunación y la vuelta al uso de las mascarillas, los desinfectantes y los geles hidroalcohólicos de forma continua, según Cigna.
Y es que esta nueva realidad supone todo un reto para la salud: primero fue la gripe, luego el COVID-19 y ahora son ambas.
Tal y como señala el estudio “Cigna 360 Well-Being Survey 2022”, la sociedad ha empezado a preocuparse mucho más por su bienestar y su salud física, en especial el 73% de los jóvenes entre 18 y 24 años y el 77% de los jubilados con más de 65 años.
Pautas para evitar el contagio de enfermedades respiratorias:
Atención a la principal vía de transmisión de los gérmenes: las manos.
Es especialmente importante después de toser y estornudar y al volver de la calle para eliminar de la mejor manera posible todos los gérmenes y evitar así la transmisión de virus.
Aire renovado para respirar mejor.
En invierno, debido al uso de la calefacción, los ambientes se resecan y esto puede ser perjudicial para la salud. El uso de humidificadores evita que se reseque la piel, se irriten los conductos nasales y la garganta, unos síntomas producidos por la sequedad del ambiente.
El papel fundamental de la vitamina C en nuestro organismo.
Los cítricos propios del invierno como las naranjas o las mandarinas u otras frutas como el kiwi, el mango, la papaya o la piña son ricas en vitamina C, la mejor vitamina para protegerse del frío.
El tabaco, el peor enemigo para la garganta.
Si bien en condiciones normales el tabaquismo deteriora la función y circulación pulmonar, en caso de haber contraído algún virus respiratorio el tabaco agudiza los síntomas y prolonga la enfermedad en el tiempo ya que reduce la capacidad respiratoria, genera más secreciones y dificulta la salida del moco bronquial.