Obesidad y Covid-19
La Clínica Universidad de Navarra (CUN), expresa que la obesidad infantil puede deberse a varios factores genéticos, ambientales o relacionados con el bajo gasto energético: “Aproximadamente el 80 por ciento de los niños y adolescentes obesos lo seguirán siendo en la edad adulta”.
La situación actual de confinamiento por el coronavirus ha cambiado el estilo de vida, la actividad escolar, la actividad social y los hábitos alimentarios de los más pequeños, todo ello con un impacto directo sobre la salud. Esto ha motivado al Grupo de Obesidad Infantil de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) a hacer un documento con pautas a seguir en lo respecta a la alimentación y ejercicio.
El Dr. Diego Bellido, vicepresidente de la SEEDO y que trabaja en el Servicio de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol, afirma que “la población infantil y juvenil es especialmente vulnerable, por no ser consciente de la gran repercusión que ganar peso y adquirir malos hábitos puede tener sobre su salud futura tanto física como mental”.
Por su parte, Francisco Tinahones, presidente de SEEDO y jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Virgen de la Victoria (Málaga), explica que “esta situación de confinamiento afectará a cada niño en función de su peso al inicio, su estado de forma física y su ambiente familiar”.
La Clínica Universidad de Navarra (CUN), expresa que la obesidad infantil puede deberse a varios factores genéticos, ambientales o relacionados con el bajo gasto energético: “Aproximadamente el 80 por ciento de los niños y adolescentes obesos lo seguirán siendo en la edad adulta”.
El tratamiento precoz es sumamente importante por las consecuencias tan negativas que tiene tanto para la salud como para el estado y desarrollo psicológico del niño y del adolescente. Según destaca la CUN, el éxito radica en un cambio en las pautas de alimentación que promuevan a largo plazo la disminución del peso.
Respecto a cuánto se puede elevar de media el peso durante este periodo de confinamiento, se podría estimar en un 5 por ciento, “teniendo en cuenta que estarán más afectados los que antes del confinamiento presentasen mayor peso, peor forma física y con familiares obesos”, indica el Dr. Diego Bellido.
Por ello, los expertos de la SEEDO establecen una serie de ‘líneas rojas’ que no deberían sobrepasarse en la alimentación de los niños durante la cuarentena. No tomar diariamente fruta y verdura, beber bebidas o refrescos dulces en vez de agua o no hacer ejercicio al menos 1 hora al día, serían algunas de ellas.
Partiendo de esta situación, el decálogo establecido por la SEEDO incorpora unas normas básicas que tienen como objetivo mantenerse dentro de las líneas de lo que es saludable. Participar en un plan familiar de actividades de cada día, cuidar el aspecto y el entorno, despertarse pronto y desayunar, moverse al menos 30 minutos por la mañana y por la tarde, pactar un tiempo dedicado al uso de pantallas, preparar platos saludables y atractivos, beber agua como principal bebida, evitar el consumo de alimentos ricos en sal y azúcares añadidos, y por último, mantener la rutina de sueño y acostarse pronto.
En definitiva, según concluye el Dr. Tinahones, para asegurar una alimentación sana y garantizar la actividad física durante el confinamiento, el núcleo familiar es más importante que nunca. En eso están de acuerdo todos los expertos.