La tosferina es una infección endémica en España, pero con picos epidémicos cíclicos, sobre todo en los meses de invierno y primavera.
Debido a su alta contagiosidad, Andrés Osuna Vera, pediatra del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, en Sevilla, previene de que hasta el 90% de los convivientes familiares pueden contraer esta patología. Además, advierte de que entre el 50% y el 80% de los contactos en las escuelas también pueden verse infectados.
Al hilo del último informe del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, que señala un total de 128 casos en Andalucía, de los 482 registrados en España, lo que supone un 26,5% del total del país, el pediatra indica que la tosferina puede afectar a cualquier grupo de edad, aunque incide en que los casos más graves suelen ocurrir en recién nacidos y lactantes pequeños, según Quirónsalud.
«La transmisión es a partir del contacto con secreciones respiratorias (tos o estornudos, sobre todo en fase catarral) de una persona infectada», añade.
De este modo, Osuna Vera explica que la enfermedad clásicamente tiene tres fases. En primer lugar, según el especialista, estaría la fase inicial o catarral, que es similar a un resfriado común, es la de máxima contagiosidad.
Entre la segunda y la sexta semana, se produciría la fase paroxística con tos muy intensa, esto es, una tos de unos cinco a diez golpes durante los cuales no respira el niño, terminando en el clásico estridor inspiratorio o ‘canto de gallo’.
Para el doctor Osuna Vera, «esta sería la fase más angustiante para los padres por la tos intensa, que suele ir acompañada de vómitos, cianosis y apneas en niños pequeños».
Por último, estaría la fase de convalecencia, donde los síntomas van disminuyendo progresivamente.
«La duración global de la enfermedad es de hasta tres meses», apunta el pediatra.