La oculoplastia es la parte de la oftalmología que se dedica a las alteraciones de los párpados, las vías lagrimales y la zona periocular.
Esta especialidad se ocupa de trastornos muy diversos: diferentes tipos de quistes, malformaciones venosas, la aparición de tumores y también enfermedades inflamatorias como es el caso de la enfermedad tiroidea. Una patología autoinmune que padece casi un uno por ciento de la población y que puede producir problemas en la órbita ocular.
Un 80 por ciento de estas personas no los tienen, pero hay un 20 por ciento en el que se produce eso que popularmente llamamos “ojos saltones”. En estos casos los músculos del ojo se ven afectados y aumenta el volumen de la grasa orbitaria. El globo ocular se desplaza fuera de la cuenca, y en ocasiones incluso fuera de los párpados.
El Dr. José Pérez Moreiras, oftalmólogo en la Clínica Moreiras, afirma que “la forma de presentarse es muy variable. En unos casos empieza por visión doble generalmente vertical, en otros, como una conjuntivitis alérgica y lagrimeo que no cura con antihistamínicos, y también, con aparición en pocas semanas de bolsas de grasa inferiores o superiores con edema”.
Afecta más a las mujeres que los hombres y, aunque se desconoce su causa, lo que sí se sabe es que el estrés influye mucho y que, hasta un 30 por ciento de los casos podrían ser de origen genético.
Cuando los tratamientos menos invasivos han fracasado, se puede optar por la cirugía de descompresión y, una vez realizada esta intervención, otra cirugía la blefaroplastia puede ayudar a los pacientes a corregir el envejecimiento prematuro que se haya producido en los párpados.