El uso de la protonterapia como opción terapéutica oncológica avanza progresivamente, también en el caso del cáncer de próstata, porque la experiencia clínica demuestra que es eficaz y minimiza o evita la radiación de los órganos sanos circundantes manteniendo la funcionalidad urinaria y sexual de los pacientes.
Aunque este campo pionero de la innovación médica requiere, todavía, desarrollo, ya existen múltiples estudios prospectivos y retrospectivos que documentan la eficacia y la seguridad de la terapia de protones para pacientes con cáncer de próstata localizado y en pacientes que requieren radiación pélvica adyuvante o de rescate después de la cirugía, según la CUN.
La protonterapia es un tipo de radiación terapéutica que emplea partículas subatómicas cargadas con unas propiedades físicas especiales. Con respecto a la radioterapia estándar con fotones, esta opción reduce el exceso de radiación en los tejidos sanos y funcionales adyacentes a la próstata, como el recto, el intestino, la vejiga o las bandeletas neurovasculares, estructuras nerviosas que permiten la erección.
Según el Dr. Mauricio Cambeiro, especialista del Área de Cáncer de Próstata del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN), entre las ventajas de este tratamiento frente al cáncer de próstata destacan “el máximo control, el mínimo riesgo y la preservación de la funcionalidad. Tanto las características de la protonterapia como las avanzadas prestaciones de los equipos actuales para su administración, nos permiten plantear un tratamiento muy ambicioso en términos de curación, de reducción del riesgo de complicaciones y de aumento de las expectativas de preservación de funcionalidad, tanto eréctil como urinaria, de cada paciente”.