Desde hace unos meses podemos decir que España está a la vanguardia de la protonterapia, que como saben es una técnica exacta y precisa de radioterapia, que utiliza un haz de protones para tratar tumores, minimizando la irradiación de tejidos sanos.
Sobre su funcionamiento, matiza el Dr. Alejandro Mazal, Director de Física Médica del Centro Quirónsalud, que los protones son partículas subatómicas con carga positiva contenidas en el núcleo de los átomos. “En terapia, se producen a partir de átomos de hidrógeno, a los que se extrae el único electrón del que disponen”, señala el experto. Los haces de protones se obtienen en potentes aceleradores y sus características físicas les permiten «esculpir» de manera óptima la dosis en el tumor y a su alrededor respetando de manera los tejidos sanos circundantes.
El experto indica que los protones acelerados a alta energía tienen la capacidad física de depositar la mayor parte de la dosis de radiación en un “pico” a una profundidad determinada por la energía del haz y de detenerse inmediatamente después, preservando así los órganos y tejidos sanos circundantes. “Así, los haces de protones comparados con los de fotones, utilizados en la radioterapia convencional, presentan ventajas físicas llamadas dosimétricas porque están relacionadas con la distribución de dosis en los tejidos, depositándose una dosis homogénea en el tumor, y reduciéndose en forma significativa la irradiación de los tejidos sanos”, concluye el especialista.
Entre sus aplicaciones, la doctora Carmen Ares, Jefe de Oncología Radioterápica de Quirónsalud, afirma que la mayor exactitud y precisión del tratamiento con haces de protones aumenta la posibilidad de control local tumoral, en particular en tumores radio-resistentes y ubicados a proximidad de órganos sanos radiosensibles que limitan la dosis tolerable. “La reducción de la dosis a los tejidos sanos, respecto a técnicas con fotones, puede significar una disminución de los efectos indeseables de los tratamientos de radioterapia, incluyendo el riesgo de aparición de tumores radio-inducidos (en particular en pacientes pediátricos) y una mejora en la calidad de vida post-tratamiento”, afirma Ares. Y añade que por ello los protones están reconocidos como el tratamiento de elección para tumores de la base del cráneo, oftálmicos, del neuro-eje, pediátricos y en caso de re-irradiaciones complejas. Es objeto de estudio para otros múltiples casos, desde cáncer de mama a cáncer de páncreas, otros de cabeza y cuello, pulmón o sarcomas de extremidades.
La experta indica que también existen límites a su aplicación (incertidumbres relacionadas con inhomogeneidades en el cuerpo humano, producción de neutrones), lo cual hace necesario un procedimiento riguroso de selección de pacientes, planificación y realización del tratamiento, así como la aplicación de protocolos multidisciplinarios.
“Resulta muy importante, si la comunidad médica sabe gestionar convenientemente este recurso hasta ahora único”, indica Raymond Miralbell, Director Médico del Centro de Protonterapia de Quirónsalud. En opinión de este innovador especialista, será un privilegio para todo terapeuta sumar más medios a su alcance, con una visión multidisciplinaria, médica y paramédica, desde la indicación al seguimiento a largo plazo, participando en protocolos internacionales y de investigación clínica. Es lo que hay. Seguro.