El síndrome de piernas inquietas es un trastorno neurológico caracterizado por la necesidad imperiosa de mover las piernas, debido al malestar que aparece o empeora al anochecer en las extremidades en situaciones de reposo o inactividad.
Tal y como recoge la Sociedad Española de Neurología (SEN), puede dificultar iniciar o mantener el sueño perjudicando el descanso de forma considerable.
Aunque se trata de una patología muy frecuente, que puede afectar hasta al 10% de la población general, aún se trata de una patología poco conocida y muy infradiagnosticada. Mañana, 23 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Piernas Inquietas, con el objetivo de concienciar sobre este trastorno también denominado síndrome de Willis-Ekbom.
La SEN calcula que en España habría al menos 2 millones de personas afectadas por el síndrome de piernas inquietas pero que hasta un 90% de las personas que lo padecen podrían estar sin diagnosticar.
El hecho de que, en la gran mayoría de los casos, los síntomas se manifiesten inicialmente de forma discreta y esporádica, con molestias leves, hace que puedan trascurrir más de 10 años entre el inicio de los síntomas y su diagnóstico. Cuando se producen periodos de empeoramiento, en los que el problema llega a interferir significativamente en la calidad de vida de quien lo padece, es generalmente cuando se suele consultar al respecto.