Situada en el ángulo sudoeste de Alemania y rozando Alsacia, los Vosgos franceses y el Jura suizo, con el Rin de frontera en ambos casos, la Selva Negra o Schwarzwald en alemán, es un destino de naturaleza en mayúsculas. La mitad de la región está ocupada por dos parques naturales, declarados Reserva de la Biosfera por la Unesco y aquí descubrimos algunos de los tópicos más extendidos sobre Alemania: las fachadas con entramado de madera, el jamón ahumado, el reloj de cuco, que se fabrican en la región desde el siglo XVIII, el sombrero de cinco borlas y la cerveza artesanal.
A menudo, se asocia con los cuentos de hadas de los hermanos Grimm y es famosa por los spas. Una región magnífica cuando llega el otoño y se cubre de oro, pero la ciudad más grande de la región, Friburgo, está llena de edificios góticos y la rodean viñedos.
La Selva Negra constituye en cualquier caso uno de los rincones más agrestes de Alemania
Por su misterioso nombre y su espectacular naturaleza, así como lo tradicional de su esencia alemana, es un destino muy deseado por los viajeros españoles y Jordi Orts, copropietario de “Bayern y Selva Negra A Medida” y guía oficial de Alemania en español y nos presenta viajes a medida para recorrer esta impresionante zona de Alemania en grupos o con viajes más personalizados. Además hay todo tipo de experiencias inolvidables descubriendo la cultura local
Uno de esos viajes pensados para disfrutar de los paisajes y el patrimonio natural, cultural, histórico y gastronómico, es el de las regiones de Selva Negra y Alsacia, a lado y lado del río Rin. Arrancando desde el norte, en Frankfurt o Stuttgart y dirigiendose hacia el sur hasta alcanzar los bosques de la Selva Negra y finalmente el lago Constanza.