Bolivia es un país muy interesante pero muy grande y tiene infinidad de atractivos y muy variados. Pasamos de lascumbres nevadas de los Andes y el altiplano a la Amazonia, los desiertos y salares de altura, los llanos y el Chaco. Así que es un territorio abonado para los viajes de naturaleza y algo de aventura. Pero su diversidad cultural no es menor y de hecho su nombre oficial es Estado Plurinacional de Bolivia. Tiene nada menos que 37 idiomas oficiales, 36 idiomas además del castellano.
Paraíso de la biodiversidad
Es muy probable que al pensar en un viaje a Bolivia, lo que nos llame la atención sean los paisajes y las culturas andinas, aunque siempre tenemos que tener en cuenta que esto es sólo la mitad del país. La otra mitad son tierras bajas, cálidas, un mundo completamente diferente del andino. En cualquier caso La Paz estará en todos nuestros itinerarios, primero por una cuestión práctica por conexiones de transporte y también porque deberíamos ir ya que probablemente no vamos a encontrar en todo el mundo una gran ciudad con semejante emplazamiento. El aeropuerto internacional se encuentra en El Alto, una ciudad que empezó siendo un suburbio de La Paz y que con casi un millón de habitantes ya es más grande que la propia capital. Todo realmente insólito ya que se encuentra a 4000 metros de altitud. Esto es lo que explica que desde allí se baje a La Paz, que se encuentra a unos 3600. Y al iniciar ese descenso aparece la ciudad derramándose por la ladera de un nevado, el Illimani, que tiene 6400 metros. No hay ciudad, ni Río de Janeiro, ni Ciudad del Cabo, ni Hong Kong, que tenga un emplazamiento semejante, en la ladera de un gigante de roca y hielo que, desde estas calles, casi parece al alcance de la mano.
¿Qué ver en La Paz?
La iglesia de San Francisco es un gran templo de la época colonial, más interesante que la catedral. Y en esta zona vamos a encontrar uno de los lugares más sorprendentes de todo nuestro viaje: el mercado de la Hechicería. Aquí se venden hierbas y remedios tradicionales para las dolencias del cuerpo y del alma y cualquier elemento con el que se pretenda suplicar a los espíritus, benévolos o malévolos, que pueblan el universo Aymará. Y ya sabes, si vas a construir una casa, deberás enterrar un feto de llama bajo la primera piedra, que servirá como ofrenda a la Pachamama, que podrás encontrar en este mercado. Y si quieres seguir aprendiendo de la cultura tradicional boliviana, a poca distancia se puede visitar el Museo de la Coca, donde se explica el papel que ha tenido esta hoja en la cultura y la historia locales. Y por supuesto recorrer estas calles, casi siempre en cuesta, siempre con mucha calma, que hay que tener en cuenta la altitud de la ciudad. Dando un paseo corto llegaremos al Museo Arqueológico de Tiahuanaco, que nos informa sobre esta antigua cultura.
La arqueología de Tiahuanaco
Está a unos 75 kilómetros y es el recuerdo de una todavía misteriosa civilización que floreció durante 25 siglos y alcanzó su apogeo entre los siglos VI y X. Aquí vemos sus restos monumentales de las estructuras ceremoniales de lo que fue el centro espiritual y político de toda la región durante muchos siglos. La pirámide de Akapana y el templo de Kalasasaya, con la famosa Puerta del Sol, son los principales monumentos de este conjunto que está inscrito en la lista del patrimonio mundial de la Unesco. Y ya que estamos en el norte del altiplano, también deberíamos ir hasta el lago Titicaca, el lago navegable a mayor altitud del mundo. Es el mar andino, uno de esos lugares que no tienen comparación. Desde Copacabana hay una corta travesía a la Isla del Sol, presente en los mitos de la creación de las culturas andinas y donde se puede conocer la vida de las comunidades locales. Esa navegación, por unas aguas oscuras, como de color cobalto, como pura tinta china, a 3800 metros de altitud, es una experiencia que tengo guardada para siempre.
En Bolivia habrá que ir a Potosí, una ciudad con un nombre que hace volar la imaginación, otro de esos lugares únicos en el mundo. Se levanta a 4100 metros de altitud, a los pies del famoso Cerro Rico. Aquí se descubrió y se explotó la veta de plata más importante conocida en toda la historia de la humanidad y a su alrededor surgió el complejo industrial más importante del mundo en el siglo XVI. La riqueza extraída cambió la economía del mundo. Se puede visitar el interior de la mina y una de las conclusiones que sacamos es que toda esta riqueza estaba amparada en un trabajo en condiciones muy penosas, realmente inhumanas. Al mismo tiempo, en Potosí surgió el barroco andino. El conjunto de las estructuras industriales, que incluyen acueductos y lagos artificiales, más la ciudad colonial con su veintena de iglesias, la Casa de la Moneda, las casas patricias y el barrio de los obreros fue el primer lugar de Bolivia inscrito en la lista del patrimonio mundial.
El destino más conocido del espacio natural del Altiplano es el salar de Uyuni, que es el mayor y más alto desierto de sal del mundo, por lo que seguimos con nuestro listado de lugares únicos. Tiene la extensión de la provincia de Asturias o de Zamora y adentrarse en esta planicie absoluta, a veces completamente seca pero en otras ocasiones cubierta de una capa de agua que se convierte en un espejo es recorrer un mundo plano, sin distancias, sin referencias. En esta zona viven los chipayas, probablemente descendientes de los primeros pobladores del altiplano y tal vez los herederos de la cultura de Tiahuanaco. Eso sí, sus poblados no deben considerarse un atractivo turístico y lo mejor es no ir a molestarlos.
Sucre, una visita obligada
Comparada con La Paz y Potosí y al estar a 2800 metros de altitud, Sucre es una ciudad mucho más cómoda, más fácil de vivir. Su casco histórico es un tesoro de arquitectura colonial que muestra la mezcla de elementos locales que modifican la herencia gótica, mudéjar, renacentista, barroca y neoclásica importada desde España entre los siglos XVI y XIX, un conjunto que también es patrimonio mundial de la Unesco. La casa de la Libertad, del siglo XVII, es considerada el monumento histórico más importante de toda Bolivia porque aquí se produjeron los acontecimientos que condujeron a la independencia del país. Sí tenemos ocasión de estar el día domingo en Sucre no deberíamos perdernos la excursión a Tarabuco, donde se celebra uno de los tres mejores mercados tradicionales que conozco de toda Hispanoamérica.
Hay muchos lugares, muy diferentes, en Bolivia
Si sólo pudiéramos elegir uno yo diría la ruta de las misiones jesuitas de Chiquitos, en el oriente boliviano. Podemos hacer una ruta circular desde Santa Cruz de la Sierra, que es la ciudad más poblada del país y su principal motor económico. Siete pueblos muestran sus iglesias misionales perfectamente restauradas que también están en la lista Unesco. Fueron construidas en los siglos XVII y XVIII por misioneros jesuitas, pero de origen alemán y suizo, por lo que su arquitectura es muy diferente de la arquitectura colonial de otros lugares y a veces parecen una mezcla de chalet suizo y casa comunal indígena. Es una arquitectura de madera absolutamente magnífica y podemos decir que también es única.
Mejor, viajar en verano
Es cuando llueve menos, los días son soleados, en la zona de las misiones no hace calor. Eso sí, es invierno así que en el altiplano, los días serán luminosos pero, en cuanto se pone el sol las temperaturas se desploman, así que hay que llevar buena ropa de abrigo y protección solar. Y seguro que va a disfrutar de los lugares que hemos descrito, que son sólo una pequeña parte de los muchos atractivos de Bolivia.