Un inicio que tendrá como protagonista la portada de la Feria, que por su diseño y colores siempre está en el punto de mira de los ciudadanos que siempre tienen algo que opinar al respecto. Será seguramente será una de las fotografías más habituales y representativas y la mayoría de sevillanos y visitantes aprovecharán seguramente algún momento de la semana para inmortalizar que han estado presentes en la Feria. Históricamente la Feria, tal como la entendemos hoy, fue creada por iniciativa de dos concejales que solicitaron al Pleno la recuperación de las ferias de Sevilla. Lo de recuperar tenía todo el sentido ya que el permiso para celebrar ambas lo otorgó Alfonso X el Sabio en 1254, seis años después de que su padre conquistara Sevilla. Los concejales fueron dos sevillanos de adopción: José María Ybarra (vasco) y Narciso Bonaplata (catalán). Así nació la primera Feria de los tiempos modernos, el día 18 de septiembre de 1846 y se inauguró el 18 de abril de 1847 en el Prado de San Sebastián, con 19 casetas. Lo que comenzó como un evento puramente comercial, con el paso de los años el pueblo de Sevilla ha ido haciéndolo suyo, hasta llegar en el presente a considerarse como una de las más singulares expresiones de color y alegría, donde el sevillano y aquellos que los visitan disfrutan de la fiesta durante 6 días cada año.
Pocos trajes regionales son tan reconocibles como el traje de flamenca
Una Feria de color y alegría reconocible internacionalmente gracias entre otras cosas a los trajes de gitana. Una indumentaria que refleja la seña de identidad de la cultura andaluza, usada por las bailaoras de flamenco en sus actuaciones, además de ser uno de los elementos más característicos y vistosos de este arte universal que cuidan con mimo cada año, diseñadoras como Fabiola Garcías Liñan, diseñadora de moda flamenca desde 1987, de una firma clásica pero alegre y divertida. De hecho, una curiosidad es que es el único traje regional español que evoluciona en el tiempo y es un referente de la cultura española y un icono de moda que cada año trae novedades, por lo que se reinventa con nuevos materiales, complementos o estampados y que permite que las sevillanas tengan un gran fondo de armario. Uno de los más conocidos es el traje de canastera, que consta de un cuerpo que es o puede ser exactamente igual que el de volantes y una falda, en este caso la falda es un único volante dividido en cuantas particiones queramos. Pero también está el traje de volantes, el tradicional de la feria y que puede ser de un solo volante, dos, tres, uno encima de otro o asimétricos; con tanta infinidad como el diseñador quiera meterle. Y también el traje de nesgas, un tipo de traje que no difiere tanto en el volante, sino como en el corte del cuerpo, ya que cuerpo y el volante se unen alargando el traje y abriéndolo en partes, es decir nesgas. Este es sin lugar a dudas el regalo más especial y bonito que puedes hacerle a una sevillana y tiene que elegirlo ella, ahí los hombre no tenemos ni voz ni voto, además suelen tardar alrededor de 3 meses en tenerlo a su gusto entre retoque, ajustes y modificaciones, así que mejor no meterse en medio.
La Feria es color y alegría, pero también convivencia
Una de las cosas más bonitas es la simbiosis entre la gente y la ciudad, entre el día a día y la Feria, porque a pesar de lo que pueda pensar la gente, Sevilla no se para. Por la mañana van a la oficina las sevillanas con su maletín y su traje y antes de salir del trabajo se visten de flamencas y van para el ferial. No es extraño ver a la gente vestir de gitana encima de la moto y eso que ahora van con casco, porque antes podías verlas con las flores en la cabeza. Es esa facilidad de las sevillanas de estar arregladas para trabajar y aparecer vestidas de flamenca por la tarde en la Feria, eso es lo que hace tan especial a la Feria de Abril.
Desde 1847 la Feria de Abril ha padecido incidencias de todo tipo
Los vaivenes políticos, incluidas las guerras como la civil española, la tuvo suspendida de 1937 a 1939 inclusive. Nada ha podido con ella, ni el fuego, los huracanes o las crisis económicas. Parece como si la voluntad soberana de un pueblo en pie de feria, acaba consiguiendo que año tras año las bombillas de la Portada se enciendan en el momento oportuno. Ejemplo vivo de que la picaresca siempre estuvo unida a la Feria, fue la orden del Ayuntamiento, nada menos que en 1893, acerca de que los cocheros de punto no pregonaran sus servicios diciendo "Al real" ya que los incautos sevillanos, entendiendo que se trataba del precio, alquilaban el coche, por lo que se le cobraban al final dos reales (cantidad exorbitante para la época). Por supuesto que lo de "Al Real" se refería al de la Feria. Además las corridas de toros han sido siempre complemento indispensable de la Feria. Incluso en la primera de ellas, en 1847, hubo una corrida de toros. Se lidiaron 6 toros de Don Luis Taviel de Andrade, por los diestros Juan Lucas Blanco, de Sevilla y Manuel Díaz "el Lavi", de Cádiz. Ya entonces protestaron los sevillanos por tan flojo cartel que dejó fuera a los monstruos de la época, Curro Cúchares, Pepete o Francisco Montes "Paquiro".
Sevilla y su Feria de Abril, son un amor eterno que nos invade a todos
Pero también ha tenido momentos tristes y el mayor de ellos fue el del año 1964, todavía en el Prado, cuando el fuego fue aquel año el protagonista. Nada menos que 67 casetas ardieron, registrándose más de 50 heridos de diversa gravedad y el fallecimiento de un anciano a causa de las lesiones producidas. Sin embargo y como una más de las grandes paradojas de Sevilla, aquel fue también el año de la solidaridad. Los sevillanos dieron muestra una vez más de que saben unirse en la desgracia más que en la bonanza. La reconstrucción total o parcial de las casetas quemadas en muy pocas horas, permitieron que la Feria de 1964 se siguiera celebrando, con gran afluencia de público y una animación muy especial, cómo sí se quisiera ahogar la desgracia con la explosión de alegría de un pueblo sabio.
Por su experiencia milenaria, Sevilla ha sabido siempre recomponerse
La Feria de Abril de Sevilla es también el momento histórico en el que los compositores de Sevillanas, presentan sus nuevos trabajos, así como Lola Triana, famosa agente y representante de artistas, principalmente ligados al mundo de la copla y del flamenco. Las sevillanas han evolucionado mucho a lo largo de la historia, antiguamente llamadas seguidillas sevillanas, son una música y danza típicas de Andalucía sobre todo en Sevilla, Huelva y Cádiz, en el sur de España, bailado en parejas y de carácter festivo y se interpretan en series de cuatro y se componen de una seguidilla simple de cuatro versos y de un estribillo de tres. Por cierto que las primeras sevillanas que sonaron en aquellos campos de los Remedios las cantó Naranjito de Triana acompañado a la guitarra por José Cala "El Poeta". ¡Buena Feria!