En primavera, Mallorca se presenta en su versión más fresca y verde. Los campos están cubiertos de un intenso verdor y las montañas de la sierra de Tramontana, con sus altas cumbres, se alzan majestuosamente sobre el paisaje. Si buscas una experiencia auténtica, alquilar un coche es una excelente opción para recorrer los diversos rincones de la isla. Las bahías de Palma, Pollensa y Alcudia, junto a sus espectaculares calas, ofrecen un entorno natural incomparable. Sin embargo, es en los campos, los bosques y los jardines donde la naturaleza florece con más fuerza. En esta época, Mallorca es ideal para disfrutar de rutas de senderismo y paisajes rurales llenos de vida.
Los almendros en flor: una de las maravillas naturales de la isla
Uno de los grandes atractivos de la primavera en Mallorca es el florecimiento de los campos de almendros, especialmente en las zonas de Raiguer, el este de la isla y la sierra de Tramontana. Durante el mes de febrero y hasta mediados de marzo, los campos se visten de blanco, creando paisajes impresionantes. El recorrido en el tren de Sóller, que atraviesa estos campos, ofrece vistas que parecen sacadas de un cuadro, sobre todo cuando los almendros están en plena floración.
Los Jardines de Alfàbia: un paraíso escondido
En lo alto de la sierra de Tramontana, los Jardines de Alfàbia son una parada obligatoria para quienes visitan Mallorca en primavera. Se cree que estos jardines fueron diseñados por jardineros árabes en el siglo XII, lo que les confiere una atmósfera única. El jardín es una representación del paraíso, con fuentes, terrazas, árboles frondosos y una gran diversidad botánica. En esta época, los jardines ingleses, con bugambilias y parras y el estanque con nenúfares, se encuentran en su máximo esplendor. Sin duda, uno de los lugares más bellos de la isla.
Otros jardines imprescindibles en Mallorca
No solo los Jardines de Alfàbia merecen una visita. En el noroeste de la isla, en Sóller, se encuentra el Jardín Botánico, un espacio dedicado a la conservación de la flora mediterránea. Este jardín alberga especies endémicas como la orquídea balear y el narciso balear y es ideal para los amantes de las plantas autóctonas.
En Palma, la capital, puedes disfrutar de los jardines árabes de S’Hort del Rei y los jardines de Sa Faixina, que también conservan la influencia de los musulmanes en la isla. Además, en la Sierra de Tramontana, los Jardines de Raixa y Son Marroig, con su impresionante colección de almendros, naranjos y olivos, ofrecen vistas espectaculares sobre el mar.
La bahía de Alcudia, en el norte de Mallorca, es una de las zonas más bonitas de la isla, especialmente la península de Formentor. Aquí se encuentra el Parc Natural de S’Albufera, la mayor marisma del Mediterráneo, que se convierte en un lugar perfecto para la observación de aves y el senderismo. Este parque es ideal para explorar la fauna y flora autóctona en su hábitat natural.
Jardines de la Casa de Juan March: una combinación de naturaleza y arte
En el noreste de la isla, cerca de Cala Ratjada, se encuentran los Jardines de la Casa del banquero Juan March. Este espacio único alberga una colección de esculturas de artistas como Rodin y Henry Moore, convirtiéndolo en un museo al aire libre. Los jardines, con zonas de pinar y huertos frutales, son un homenaje a la naturaleza mallorquina y ofrecen un entorno idóneo para disfrutar de la primavera.
Botanicactus: un jardín dedicado a los cactus
Si te interesa conocer otro tipo de flora, el Botanicactus, en el sureste de la isla, es una opción ideal. Este jardín botánico, inaugurado en 1989, está dedicado a las plantas de clima árido, como los cactus y las suculentas. Con más de 12,000 ejemplares de cactus, es uno de los jardines botánicos más grandes de Europa. Además, el jardín cuenta con un lago artificial y una gran variedad de plantas acuáticas, lo que lo convierte en un espacio único para explorar.
La primavera es también la época ideal para recorrer Mallorca en bicicleta. Los ciclistas de toda Europa se dan cita en la isla para entrenar en sus preciosas carreteras, especialmente en el norte, donde el ambiente es más tranquilo. Si eres amante del ciclismo, este es el momento perfecto para disfrutar de las rutas de la isla, rodeado de paisajes naturales inigualables.
