Un viaje a Praga y a la República Checa, es, desde luego, un buen plan en esta época del año en la que todavía no hace mucho frío y para aquellos viajeros que no han estado todavía en Praga, la primera vez es una sensación maravillosa. Sí son primerizos hay que conocer los clásicos; como la Plaza de la Ciudad Vieja que es el núcleo de su centro histórico, con sus coloridos edificios barrocos, iglesias góticas y el Reloj Astronómico medieval, que muestra un espectáculo animado cada hora y que disfrute del río, de los restaurantes y bares a ambos lados del puente peatonal de Carlos, que se completó en 1402 y está bordeado de estatuas de santos católicos y que suba a alguna de sus cien torres para tener unas buenas vistas de la ciudad. Que no deje tampoco de visitar el Castillo y la Catedral de Praga, el barrio de Malá Strana, la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y el Divino Niño de Praga.
No dejar de visitar el barrio judío, sus sinagogas y el cementerio hebreo
A la hora de comer, les proponemos que en su ruta por Praga se fijen en sí el restaurante que ven es de piedra, madera antigua, tiene cerveza y se escuchan unos trombones y un acordeón.. es siempre una señal de que se come bien.
También es recomendable empezar con los clásicos para así poder formarse una idea de la calidad de la comida y así comparar con otros sitios, por ejemplo, U Fleku, es la cervecería más antigua de Praga de 1499, pero a mi me gusta mucho U Glaubiců, donde además te sirven todos los platos típicos como víčková, un solomillo de ternera con una salsa de nata por encima, el codillo de cerdo, muy generoso y exquisito… no te lo acabas así que mejor entre dos. También sirven goulash dentro de un pan redondo, el clásico schnitzel o filete de cerdo empanado, que aunque es un plato más bien austriaco, también puede encontrarse en la cocina checa y bueno quesos y embutidos, alguna lechuguita despistada, ensalada de col y muchas y buenas patatas fritas.
La cerveza negra de barril la encuentras en las mejores cervecerías
El otoño en Chequia es una época en la que la naturaleza se transforma en una paleta de colores ocres, el sol aún calienta y el paisaje ofrece muchas oportunidades para vivir aventuras y hacer algo de deporte por lo que yo le pediría a estos viajeros que guardaran un día para viajar fuera de Praga y hacer senderismo, por algunas de sus rutas y parques naturales. Antonin Dvorak es otro de los compositores que forman parte de la celebración del Año de la Música Checa y con quien podemos acompañar un paseo por la naturaleza.
Lo mejor es siempre celebrar estos eventos con una cerveza
Allí es más que una religión, igual que nosotros no salimos al campo sin saber donde o a que le vamos a hincar el diente, ellos no viajan si no tienen en su punto de descanso la degustación de lo mejor que ofrecen las cervecerías checas. Cada sendero tiene su propio carácter, pero todos tienen algo en común: la combinación de la belleza de la naturaleza y el encanto de la elaboración tradicional de la cerveza checa, además hay varias rutas de cerveza, entre las cuales destacan las montañas de Krkonoše, en Bohemia del Sur o la región de Pilsen.