ESCOCIA

Ruta por castillos con fantasma

Desde la fortaleza menorquina de La Mola, por donde vaga la Dama Blanca, cruzamos a Escocia para conocer historias de fantasmas y castillos. Historias espeluznantes que, según cómo te las cuenten, dan más o menos miedo. Espectros que aparecen en imágenes y misteriosas apariciones... los castillos de Escocia son idóneos para el viajero ávido de lo paranormal.

Elena del Amo

Madrid |

Antes de dar el salto a Escocia, conozcamos la historia de la Dama Blanca de La Mola que, según las malas lenguas, se pasea por esta fortaleza menorquina desde la que hoy hacemos Gente Viajera. Es una historia escalofriante. Uno de los capítulos más oscuros de esta fortaleza en la que tantos chavales hicieron la mili hasta el 2001, es decir, hasta no hace tanto, y me contaban que no pocos reclutas, cuando les tocaba hacer guardia en un lugar tan solitario, azotado por el viento y en plena noche, se morían de miedo cuando escuchaban, o creían escuchar, los lamentos de la Dama Blanca. Fantasma o no, el personaje fue del todo real. La que pasó a la historia como la Dama Blanca de la Mola se llamaba Hercelia Solà, alias la Condesa Rocamari, y fue esposa de un capitán de fragata destinado a Menorca que en julio del 36 se sumó al alzamiento de Franco. Como el golpe de Estado inicialmente no triunfó en la isla, acabó asesinado a principios de agosto junto a otros oficiales en una noche pavorosa de represalias. Es uno de los episodios más negros de esta fortaleza que sirvió antaño como penal y al que muchos se refieren todavía como el Alcatraz español. Por cierto, que las visitas guiadas que hacen por aquí son una maravilla. El lugar no sólo es espectacular, pero es que, además, la historia de su construcción, lo mucho que se sufrió por aquí…Muy interesante todo. El caso es que Hercelia, ya viuda, se quedó recluida unas semanas en la base naval y estaba a punto de huir en barco a Barcelona cuando la pillaron llevando una lista con los nombres de todos los militares golpistas que habían sido asesinados en aquella noche trágica. Y ése fue su fin. Se la llevaron a La Mola y en la punta s’Esperó, el saliente más oriental de toda España, la fusilaron y la tiraron por los acantilados,pero cuentan, no sé ya si es leyenda o realidad, que la condesa, malherida, se quedó encajada entre unas rocas y allí estuvo agonizando tres días con sus 3 noches. Lo que sí parece probado es que, como su cuerpo se había quedado a la vista entre los acantilados, tuvieron que bajar con cuerdas unos hombres a desencajar su cadáver y tirarlo al mar. No es de extrañar que los pobres reclutas estuvieran aterrorizados haciendo guardia de noche en las garitas...

Castillo de Eilean Donan, Escocia
Castillo de Eilean Donan, Escocia | Pixabay

Escocia. el lugar del mundo con más fantasmas por kilómetro cuadrado

Los escoceses tienen una historia tan sangrienta, con tantas luchas entre sus clanes y tantas batallas, y encima esas nieblas inquietantes por sus campiñas... Aunque no creas en fantasmas, allí casi que acabas viéndolos. Seleccioné cuatro o cinco hoteles, porque montones de castillos escoceses se han reciclado en hotel y puedes dormir en ellos, y allí me fui con el fotógrafo con el que trabajaba. Oí hablar de la Dama de Verde. Igual que en La Mola tienen a la Dama de Blanco, en Escocia hay una buena ristra de Damas de Verde…mozas desdichadas que a unas les mataron al novio y se tiraron por una torre, otras que el padre las encerró en el castillo por desobedientes o por lo que fuera y como almas en pena vagan en las noches de tormenta con su traje verde de terciopelo y algunas con la cabeza en la mano. De noche, basta que me hayan contado alguna historia truculenta, para que oiga ruidos raros por todas partes y no peque ojo, pero la verdad que, como en cuanto llegaba al castillo, a veces hasta el recepcionista me contaba de carrerilla la historia del fantasma de la casa, sonaba tan a mentrijilla de márketing, que cero miedo. Dormí a pierna suelta en los tres primeros castillos, pero al llegar al cuarto...

Fantasma vagando por ruinas
Fantasma vagando por ruinas | Pixabay

En el castillo de Borthwick los fantasmas se tocan

El cuarto castillo era el castillo de Borthwick, un castillo medieval a media hora de Edimburgo, solitario entre los bosques, con sus torreones circulares que ya, según te acercabas, daba un poco de yuyu del halo de misterio que tenía. La noche en el castillo de Borthwick fue horrorosa, por todo lo que me fueron contando durante el día. Anne, la encargada, me propuso enseñarme el castillo, que es un hotel de cierto lujo, pero está reformado lo justo. Crujían las puertas, crujían las maderas del suelo… y, cuando llegamos a uno de los salones, veo una foto enmarcada con un certificado del laboratorio al lado, me fijo bien, y aparecían unos huéspedes un el sofá, y por detrás como que se veía tras ellos una figura sonriente de una especie de caballero con armadura… Anne, con la mayor naturalidad, me contó que era una foto antigua, de esas que se hacían con carrete y había que llevar a revelar, y que cuando la vieron los clientes se quedaron tan pasmados que la llevaron a un laboratorio para ver si era un fallo del revelado. Y no. Les dieron el certificado, que tenían también allí enmarcado, asegurando que no era una foto trucada. No sabían qué podía ser, pero que no había trampa. Anne me contó también que muchas mañanas, cuando llegaba al castillo y empezaba a preparar los desayunos, oía a fantasmitas niños trasteando por la cocina y escondiéndole las cosas, y hasta me contó que una vez incluso tocó un fantasma. Resulta que hace años pararon a tomar un café en el castillo de Borthwick un grupito de señoras ya muy mayores que habían sido enfermeras durante la Segunda Guerra Mundial. Las iba a recibir la reina en Balmoral, Isabel II, para una especie de homenaje, y de camino hicieron aquí un alto. Se quedan un rato, se toman lo que se tomaran y cuando se habían despedido de Anne aparece el conductor del microbús que las llevaba diciéndole que le falta una. Anne vuelve al salón a ver si la encuentra y ve a una señora también muy mayor con aire de estar desorientada y sentada en una butaca. Se acerca a ella, le dice que la estaban buscando sus amigas para marcharse a ver a la reina, y, como no reaccionaba, intentó ayudarla a levantarse de la butaca y, según Anne, se trataba de un ser que estaba en otra dimensión, que a Anne ni la vio. Esta presunta fantasma fue caminando hacia una habitación ahí al lado, Anne la siguió, pero no la encuentra. Mira y remira por todas partes y la habitación donde la había visto meterse estaba vacía. Se asoma ya en plan desesperado a la ventana, a varios pisos de altura, y ve abajo al conductor que le dice: "Que nos vamos, que ya ha aparecido".

El castillo de Borthwick está a media hora de Edimburgo
El castillo de Borthwick está a media hora de Edimburgo | Pixabay

Anne tenía clarísimo que se trataba de otra enfermera de la Segunda Guerra Mundial, ya fallecida, que no había querido perderse el reencuentro con sus compañeras. O sea que, con tantas historias de fantasmas en la cabeza, cuando llega la hora de dormir, estoy en mi habitación, que me habían puesto en el torreón con el fotógrafo en la habitación de enfrente, y empiezo a escuchar un ruido de fondo muy tenue, como las arengas de una batalla en la lejanía. A mí, muerta de miedo pero con orgullo torero, ni se me ocurre ir a la habitación del fotógrafo a decirle que tengo miedo. Al rato, me tocan a la puerta, que casi me da un infarto, y aparece el fotógrafo, que te aseguro que es un señor que no cree en fantasmas, y entra con la cara desencajada, ve que mi habitación tiene dos camas, y me dice que también él estaba escuchando unos ruidos muy extraños y que se quedaba conmigo.

Escocia está llena de castillos, algunos fantasmagóricos, como Kilchurn Castle
Escocia está llena de castillos, algunos fantasmagóricos, como Kilchurn Castle | Pixabay

Cuando volví a Edimburgo, tuve una guía maravillosa que me enseñó la ciudad y al comentarle lo que nos había pasado, me dijo que ella, que tampoco cree en fantasmas, había acompañado como guía a unos cuantos expertos en fenómenos extraños de los muchos que recalan por Escocia persiguiendo fantasmas y en las salas de algunos castillos que los especialistas tienen identificadísimos, de repente la temperatura bajaba un montón, que no era una percepción sino algo medible o, ya sí más subjetivo, todos los presentes empezaban a sentir como una presencia angustiosa. En fin, que Escocia está llena de historias para no dormir. Son cerca de 1.500 castillos los que tienen por allí y los especialistas tienen catorce fichadísimos por sus fantasmas. Cualquiera que los busque por internet los encuentra fácil y también pueden buscar, al margen del de Borthwick, muchos más castillos convertidos en hotel donde, tengan o no fantasma, es precioso alojarse.