En estos momentos además es uno de los puntos más importantes de toda la Ruta de la Seda, porque los paisajes de China ya no nos resultan tan exóticos y los paisajes del Mediterráneo los conocemos mejor, pero esta parte de la ruta que atraviesa justamente el corazón del continente asiático es uno de los lugares donde realmente puedes sentir lo que suponía el viaje de los comerciantes que recorrían la Ruta de la Seda, puedes imaginar el paso de esas caravanas que atravesaban territorios desérticos y peligrosísimos en su trayecto sobre dos continentes.
Samarcanda no defrauda
Es una ciudad prácticamente de cuento, surgida en medio de unas tierras desérticas y llanas, cerca de una cadena de montañas. La simple idea de atravesar este territorio a pie con los camellos cargados de mercancías ya suponía una epopeya verdaderamente admirable, pero sí además vemos y experimentamos directamente la calidad y la belleza de los monumentos que se levantaron en esta ciudad gracias a las conquistas de sus reyes y al paso de las caravanas comerciales, la sensación de estar aquí es verdaderamente emocionante.
La Ruta de la Seda es uno de esos viajes soñados por los viajeros
Sí tuviéramos que elegir una ciudad en todo el recorrido de la Ruta de la Seda para un viaje breve, de poco más de una semana, seguramente no habría ninguno mejor que venir a Samarcanda, a pesar de que es una ciudad moderna y en plena transformación, lo que le pasa a la mayor parte del país en el que se ubica, que es Uzbekistán. Los monumentos que conserva Samarcanda son incomparables, como lo es su ubicación sobre una colina que estuvo defendida por fuertes murallas y la que no le faltaba el agua gracias al río Zeravshan y de otro río, el Siab, del que la tomaban a través de varios canales, por eso tenía todo lo necesario para convertirse en lo que fue, en la capital del imperio de Tamerlan, con un territorio que llegaba del Punjab en la India hasta el Mar Negro.
Y era una capital culta, repleta de artistas, poetas, filósofos y artesanos de una exquisita calidad, además de buenos arquitectos. Aquel tiempo fue maravilloso y lo mejor es que hoy todavía podemos disfrutar de lugares tan bellos como la mezquita Bibi Khanum, que es la más grande de Asía Central, de la plaza del Registan, que sin duda es una de las más bellas del mundo, del mausoleo de Gur e Amir y de Shahi Zinda, el conjunto de necrópolis, de manera que te sumerges en un mundo muy especial, cargado de arte antiguo y que por supuesto, es Patrimonio de la Humanidad, quizá el más importante de Uzbekistán.
Uzbekistan en el corazón de Asía Central tiene una historia fabulosa
Antiquísima y espectacular, porque está en el lugar en el que confluyen por occidente los iraníes, los persas, por el sur los afganos y por el norte los mongoles y aquí han estado todos en lucha yendo y viniendo con sus conquistas, por hasta esta tierra llegó incluso Alejandro Magno. Y quien se acuerde de la película "El hombre que pudo reinar" se acordará de estas tierras de guerreros indómitos y pequeños reinos como el de Kafiristan, ahora en Afganistán, con paisajes inmensos, de extensas estepas, de altas montañas y de vergeles que surgen en los lugares a los que llega el agua.
Pero no han sido tierras siempre dominadas, porque aquí en Samarcanda tuvo su capital el Gran Tamerlán, en el siglo XIV y luego sus descendientes dieron paso a los reyes uzbekos en la zona, mientras que los descendientes de Tamerlán se fueron hacia el norte de la India y dieron origen a la gran arquitectura que conocemos como mogola, pero que está íntimamente emparentada con la gran arquitectura de Samarcanda y de la Ruta de la Seda. Y si todo el que conoce Agra y el Taj Mahal se queda maravillado, pues lo mismo sucede cuando llegas aquí y te encuentras con las madrazas y con las mezquitas y mausoleos que muestran el esplendor que llegó a adquirir la ciudad con el Gran Tamerlán y con el paso de la Ruta de la Seda.
La Ruta de la Seda tiene otras etapas maravillosas en Uzbekistán
Todavía me queda viaje, porque de aquí iré a Bukhara y luego seguiré a Khiva, que son dos maravillas, cada una con su interés enorme, patrimonio de la humanidad por supuesto, pero la buena noticia es que este viaje, que es un gran viaje, puede hacerse ahora de una manera especialmente cómoda y asequible, porque Kannak, el operador mayorista español de World2Meet, especializado en circuitos, está operando, con los aviones de World to Fly, un vuelo directo ahora, cuando todavía hace un tiempo estupendo aquí, antes de que llegue el calor más potente del mes de agosto, un vuelo directo comodísimo en un Airbus magnífico. Hemos venido en poco más de seis horas desde Madrid, y aquí el servicio de Kannak está siendo perfecto, buenos hoteles estupendas comidas y buena organización, un viaje y un vuelo que va a estar operativo hasta el mes de julio y que hay que aprovechar, porque estos vuelos directos charter son ventanas de oportunidad que se abren con buenos precios y servicios en español y hay que aprovecharlas.
Yo creo que tendremos oportunidad de ampliar las maravillas de la Ruta de la Seda en Gente viajera, pero también es muy interesante conocer el país y su historia más reciente, porque, después del Tamerlan han tenido una historia apasionante, fueron conquistados por los rusos en tiempos del zar, a finales del siglo XIX, luego al caer los zares, tuvieron una corta independencia, luego fueron conquistados por los bolcheviques, y tuvieron comunismo hasta la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética. Entonces les dieron la opción de votar la independencia y la obtuvieron en 1991 y ahora están en una situación muy interesante, porque aquí se da la mano toda la historia de los últimos siglos y en la capital, en Tashkent y aquí, he podido ver elementos que recuerdan al tiempo del Tamerlan, el gran héroe nacional, pero hay muchos otros edificios que recuerdan a Turquía, a los otomanos y a los rusos, hay palacios y mansiones que parecen sacadas de San Petersburgo y trasplantadas a Asía Central, hay arquitectura soviética y ahora tienen una modernidad bastante sui generis con un país que se desarrolla a buen ritmo, que tiene un islamismo muy moderado y tolerante, sin ningún tipo de conflictos políticos ni religiosos.
Es un país muy seguro, en el que todo es tranquilidad, y donde se respira la hospitalidad de los musulmanes, que siempre es estupenda y además se come muy bien. Ayer estuve probando el plato nacional el plov, que es un arroz estupendo, guisado con cordero, cebolla, con una zanahoria amarilla dulce y garbanzos.