África

Safaris para principiantes

Nos hemos propuesto, en algo que podría denominarse algo así como "safaris para principiantes", contarles las principales diferencias entre unos y otros y así, ayudarles a decidir si en algún momento tienen la ocasión de disfrutar de esta experiencia de una vez en la vida.

Los parques de África, son cientos, pero hay unos cuantos por distintas zonas de Kenia, Tanzania, Suráfrica, Botswana, Uganda, Zimbabwe y por algún que otro país más y hay personas a las que puedan dejarles fríos o incluso echarles para atrás, pero, un safari en África, no me imagino a nadie que no le pueda emocionar. Barato no es, pero es de las cosas por las que merece la pena ahorrar y hacerse a uno mismo ese regalo.

Elena del Amo

África | 02.06.2024 14:30

En el país que hayas elegido, vas visitando tres, cuatro o cinco parques nacionales o reservas de naturaleza, rara vez más a menos que sea un viaje de unos 10 días en adelante y ahí es muy importante informarse de antemano y elegir un recorrido donde los parques tengan ecosistemas diferentes. Así te llevas una visión más global. Porque incluso dentro del mismo país, los hay muy parecidos, o muy distintos. Por ejemplo, en Kenia, que es el destino más popular para un primer safari en África, nadie se resiste a visitar el Masai Mara, todo llanuras donde puedes ver gigantescas manadas de cebras, de jirafas y distintos tipos de antílopes pastando juntos, siempre vigilantes y en tensión por si aparecen los leones, que no suelen andar lejos. Pero en lagos como el Nakuru o el Naivasha, aunque sigues viendo herbívoros y predadores, los lagos cubiertos de flamencos y otras aves hace que la experiencia sea muy distinta. Y lo mismo si haces una noche en por ejemplo los Aberdares, que son muy montunos y muy boscosos, por lo que el paisaje cambiar radicalmente, y, además, junto a los clásicos safari en 4x4 durante el día, hay algunos alojamientos que se levantan delante de charcas donde acuden a beber los animales de noche e incluso te avisan en plena madrugada si aparece alguno de los llamados big five o 5 grandes del safari; es decir, el león, el leopardo, el elefante, el búfalo y el rinoceronte.

Rinoceronte
Rinoceronte | Pexels - 132400

Como aparezcan muchos animales, no pegas ojo

Pasar la noche espiando a la fauna desde el salón del ‘lodge’ lo vale. O sea que la experiencia en los Aberdares es muy distinta a la del Masai Mara. Es el ejemplo más obvio. Podría seguir con muchos más parques de Kenia, o de cualquier otro país, pero eso se lo dejo ‘de deberes’ a cada viajero porque nos tiraríamos horas. Pero lo suyo es informarse bien antes de comprar, y elegir tú lo que quieras ver y no quedarte con lo primero que te ofrezcan. Cambia mucho la cosa de decir ‘me quiero ir a Kenia’, a decir adónde quieres ir en Kenia, y cómo. Bueno, ¡y cuándo! Porque en un safari, la temporada es fundamental. Los animales, en la mayoría de los parques, se desplazan por extensiones gigantescas siguiendo las lluvias, y si quieres ver imágenes como las de la Gran Migración de los documentales, no puedes ir en cualquier momento y a cualquier sitio de Kenia o Tanzania esperando ver semejantes concentraciones de animales. La fauna se mueve de forma cíclica, y en cada época del año, dependiendo de cómo se estén comportando las lluvias, estarán en unas zonas y no estarán en otras. Los paisajes seguirán siendo maravillosos, pero en muchos parques a veces va a haber muy poquitos animales en comparación a otras épocas.

Jirafas
Jirafas | Pexels - Magda Ehlers - 1319515

Pues es que, claro, Suráfrica es hemisferio Sur

Nuestro verano es su invierno y allí, no como en Laponia, pero hace frío. Vamos, que no es casualidad que en sus costas puedas ver pingüinos. Nuestro verano, sin embargo, es un buen momento para hacer un safari en Sudáfrica porque hay menos vegetación en los parques y es más fácil avistar a los animales. El resto del año, estarán, pero lo mismo tienes una manada de elefantes a dos pasos y, camuflados tras los árboles todos cubiertos de hojas, pasas de largo porque es que no los ves. O sea que nuestro verano es un momento estupendo para ver fauna en Suráfrica, si vas preparado. Pero, incluso para safaris en el África ecuatorial, como Kenia o Tanzania, también tienes que llevar algo de abrigo vayas cuando vayas. Porque en el primer safari de la mañana te va a hacer falta. Y es que uno de los puntos de hasta los safaris más convencionales es que no solo visitas los parques, sino que duermes dentro de ellos, en los llamados ‘lodges’, que pueden ser hoteles-hoteles, es decir, construcciones de obra, aunque nada de pisos, claro, sino edificaciones bajas con no demasiadas habitaciones y solitarias en mitad de la naturaleza, o las habitaciones pueden ser tiendas. Serán más espartanas o más lujosas, según el presupuesto de cada cual, y hay auténticas pasadas de bonitas, con su baño dentro, claro, y muy rollo ‘Memorias de África’. Para mi gusto, los ‘lodges’ de tiendas, incluso los que no son tan lujosos, te dan mucha más sensación de estar inmerso en la naturaleza. En cualquier caso, tanto en unos como en otros vas a pasar en ellos todo el tiempo que no estés de safari y vas a hacer todas las comidas ahí, porque no hay nada alrededor. Y, ya sí, antes incluso de desayunar, te subes aún de noche en el 4x4 para el primer safari del día. Entonces es cuando necesitas un abrigo incluso en la época más tórrida del año porque si no te pelas. Los animales también acusan el calor y con el fresco de primerísima hora están más activos, escuchas el griterío de los pájaros cuando empieza a amanecer, los predadores, como nosotros, también se despiertan con apetito y hay más posibilidades de presenciar una escena de caza.

Safaris por África
Safaris por África | Pexels - Pixabay - 38280

El safari de primerísima hora no hay que perdérselo

¡Prohibido por mucho que cueste salir de la cama a las 5 o 5 y media de la mañana! De los tres safaris que normalmente se organizan al día, el de la mañana y el de última hora de la tarde, cuando la fauna está de nuevo más activa, sería pecado mortal perdérselos. Bueno, yo no me perdería ninguno, pero de renunciar a alguno, sea porque estás cansado o porque no lo tienes incluido en el precio, dejaría el de después de comer. Los animales, con el calor, también están más amodorrados en las horas centrales del día, y entonces te puedes quedar disfrutando del ‘lodge’, echándole un ojo con un café a los libros de fauna que suelen tener por allí, porque, cuanto más aprendes de las costumbres de los animales, más disfrutamos viéndolos. Durante el día no hay problema para moverse con seguridad dentro del recinto. A la noche, ya depende, porque algunos tienen una valla electrificada alrededor para que los animales no entren y en otros no, y entonces no es raro despertarse con los ruidos de algún bicho que notas al lado de la tienda y que, claro, ni se te ocurre ni sacar la nariz para averiguar qué pueda ser. En muchos ‘lodges’, cuando terminas de cenar en el restaurante, te dicen que avises cuando quieras irte a la habitación para que te acompañe un guarda por si las moscas.

Cebras en África
Cebras en África | Pixabay - 259547

Un rugido en mitad de la noche te deja paralizada

Yo no pensé otra cosa. Tras el rugido se oían como unos jadeos muy broncos, y ahí, sola, todo a oscuras y convencida de que ‘hasta aquí hemos llegao’, llegué muy despacito y con el corazón a mil hasta mi tienda. A la mañana pregunté a la gente del ‘lodge’ y me dijeron que, tranquila, que el recinto estaba electrificado, pero que, sí, unos leones habían pasado la noche al ladito. Pero, en fin, de día no hay problema para moverte a tu aire por las dependencias del ‘lodge’. A veces tienen una torre de observación junto a una charca donde puedes pasar el tiempo que quieras viendo a los animales que se acercan a beber, puedes, como te decía, quedarte consultando sus libros sobre la fauna o sea que, si te pierdes el safari de medio día, las horas en el ‘lodge’ son también muy bonitas. Incluso algunos tienen una pequeña piscina para echar allí la sobremesa antes del safari de la tarde-noche.

Elefante
Elefante | Pexels - Christian Kunz 1306447-2499271

La piscina hace penar que es posible hacer safaris sostenibles en África

A ver, todo lo que sea subirse a un avión, seamos honestos, sostenible no es por mucho que las aerolíneas, al menos algunas, lleven tiempo poniéndose también la pila para contaminar menos, desde reduciendo plásticos hasta con aviones más eficientes que no consumen ni manchan como los antiguos. O con las posibilidades que tenemos ahora los viajeros de compensar con dinero nuestras emisiones de carbono. Pero también hay que tener en cuenta que la sostenibilidad son muchas cosas, y en África el turismo es una forma de conservar los ecosistemas al tiempo que ayudas a muchas personas a ganarse decentemente la vida. A diferencia de industrias como las minas de coltán, de diamantes o el petróleo, que, además de depredar el medioambiente, a menudo dejan poco dinero en los países, porque las multinacionales que las controlan ya se ocupan de untar a algunos gobernantes y así conseguir concesiones que benefician muy poquito a la gente corriente, el turismo, al menos el turismo responsable, tiene un impacto mucho más positivo.

Ya de entrada, es el primer interesado en no depredar el medioambiente y da muchos puestos de trabajo. Cada vez hay más empresas volcadas en la conservación con proyectos donde están involucradas las comunidades locales. Porque todo el que trabaja en el turismo, sea como guía en los safaris, sea trabajando en los ‘lodges’ o en las oficinas de las agencias, o cultivando la comida que se sirve en estos alojamientos o transportándonos a los turistas, toda esta gente tiene claro que los turistas vienen porque hay animales, y van a ser los primeros en luchar, por ejemplo, contra la caza furtiva, que es también un problema tremendo. Lo estoy simplificando mucho porque para no eternizarnos, pero el turismo, sin obviar la parte ‘depredadora’ que también tiene cuando está mal gestionado, es una forma de repartir más equitativamente los beneficios del viajero. Lo que cada uno de nosotros sí podemos y deberíamos hacer es, tanto si compras tu viaje en una agencia de las llamadas ‘de aventura’ como si lo haces en una agencia normal y corriente, es preguntarles si la empresa con la que vas a hacer el viaje está involucrada en proyectos de desarrollo. Los hay que financian hospitales, escuelas, programas de conservación, o que forman personal local para trabajar en sus oficinas o en los propios safaris… nadie tiene una varita mágica para solucionar situaciones complejas, ni aquí ni en África, pero muchas iniciativas en la buena dirección, claro que generan un cambio a mejor, y nosotros, con nuestro dinero, podemos contribuir comprándole nuestro viaje a empresas que se mueven en esa dirección, que eso es también sostenibilidad, y no dárselo a empresas que no contribuyen al desarrollo de los países donde operan.

África
África | Pexels - Og Mpango - 1582361-3566237

¿Conviene contratar los safaris con agencias, sean españolas o locales?

A ver, a todos los países, bueno, no sé, lo mismo a Corea del Norte no, pero a todas partes se puede ir por libre. También a los típicos destinos de safari en África. Pero si no tienes cierta experiencia, te va a ser complicado… por las carreteras que están señalizadas como están, porque fuera de las ciudades vas a encontrar pocos servicios, por el idioma… que en inglés te manejas en ámbitos turísticos, pero ya. Además, con eso de que los operadores tienen a menudo tarifas más baratas que si contratas por tu cuenta los alojamientos, no siempre va a salir mucho más barato a menos que uses hoteles muy muy básicos. O que te muevas en transporte local. Ojo, que si alguien se lo plantea, importante que NO viaje de noche. No por los animales y casi ni siquiera por la seguridad, que también, sino porque muchas carreteras son un peligro de noche por los accidentes. Vamos que, para este ‘safari para principiantes’, yo elegiría una agencia. Las hay más convencionales, más de lujo, más alternativas donde incluso viajas con un pequeño grupo en un camión acondicionado y acampas por la noche.

El Rey de la Selva
El Rey de la Selva | Pexels - Charldurand - 6436445

Kenia es siempre el primero y el que suele ofrecer los más asequibles

A partir de unos 2.500 € los puedes encontrar de una semana, pero ojo que hay que fijarse que, aunque los vendan como de una semana, entre la ida y la vuelta se quedan en 4 o 5 días. A mí me parece que, además de ser una paliza, vas a la carrera y, en tan pocos días, ni te enteras. Mejor, como mínimo, que sea de una semana en el destino, sin contar con los vuelos, y si se puede más, mejor. Y Kenia también tiene fama de tener los parques más masificados, y es cierto en algunos y en la temporada alta, pero allí tienen cerca de 50 parques y reservas al margen de los famosos Masai Mara o Lago Nakuru que contábamos antes. Yo, incluso en estos tan famosos, fuera de la temporada alta nunca he coincidido con aglomeraciones, y en otros menos conocidos he hecho safaris sin apenas cruzarme con otros coches, tanto en parques nacionales como en reservas privadas. Además que los paisajes tan africanos de Kenia, y muchos de sus ‘lodges’ son un espectáculo. Yo jamás lo descartaría. Tanzania, en una política muy distinta a la de Kenia, hace décadas optó por recibir menos turismo, pero que dejaran más dinero, y, claro, es más caro. Pero si alguien tiene la oportunidad de visitar parques como el Cráter del Ngorongoro, que no se lo piense, porque hay tal densidad de animales entre las planicies de este cráter gigantesco que de verdad es una experiencia de una vez en la vida, y los ‘lodges’, algunos al filo de las escarpaduras, también. Suráfrica, donde también hay parques y muy distintos para dar y tomar, tiene la gracia de que ahí sí es más fácil alquilarte un coche y hacerte el safari a tu aire.

Vale que aprendes más de los comportamientos de la fauna cuando te lo explica un buen guía local, pero también tiene su punto ir tú al volante. Y hay muchísimos más. Por ejemplo el Chobe, en Botswana, tiene la mayor concentración de elefantes del mundo y, además de los típicos ‘lodges’ hay algunas barcazas, de nuevo más espartanas o de lujo extremo, donde duermes en el barco y combinas los safaris en 4x4 con los que haces en las zodiacs para arrimarte increíblemente a los animales bebiendo en el río, o a los cocodrilos. En el Delta del Okavango, parecido: también se hacen safaris a bordo de unas embarcaciones mínimas que se llaman mokoros y que tiene que conducir alguien muy experto, porque el peligro no son los cocodrilos, sino los hipopótamos. Esos matan a más personas en África que los leones, porque a veces viven muy cerca de las poblaciones y, si dentro del agua ya pueden volcar una barquita sin pestañear, fuera del agua se saben más vulnerables y se vuelven peligrosísimos a pesar de ese aspecto bonachón que nos ha enseñado la publicidad. A mí hay otros destinos que me encantan, aunque ya no los veo tanto ‘para principiantes’ sino para alguien que ya ha hecho el clásico safari y ya no puede parar. Como salir a ver lémures por los parques de Madagascar, que, aunque allí no tienen animales grandes, estos prosimios, que los hay de infinidad de variedades y no los hay en ningún otro lugar, son también todo un plato fuerte. O Uganda, donde además de safaris convencionales en busca de los big five por su infinidad de parques, también puedes sumarte a una expedición en busca de sus gorilas de montaña. Ahí tocará caminar entre la espesura un par de horas, o el doble, hasta dar con la manada que te hayan permitido visitar, siempre acompañados de un guía autorizado y solo te dejarán quedarte, muy quieto, una hora en su compañía.