Un vuelo cómodo, con muy buena atención a bordo y buena alimentación, que tiene un enorme mérito aeronáutico y también emocional. Aeronáutico porque han tenido que diseñar una ruta nueva que sobrevuela 14 países y que no pasa por encima de Rusia por el conflicto actual en Ucrania y que ha exigido a Iberia rediseñar todos los trayectos y los temas de navegación y además, atraviesa sobre territorio de China, que también tiene sus propias normas de trayectos aéreos.
Un pequeño regalo, porque el vuelo directo acorta y abarata el viaje a Japón
Una ventaja respecto a otros operadores supone escalas y desviaciones que alargan el tiempo de acceso a un país tan lejano como Japón. Tiene también un aspecto emocional y curiosísimo, cómo es que por la lejanía de la que hablábamos, y porque en la Tierra, los paralelos en el norte son mucho más estrechos que en el ecuador, la vuelta no se hace por el camino de ida, se regresa siguiendo la misma dirección de avance hacia el este y se completa una vuelta al mundo sumando los dos vuelos, de ida y de vuelta, hasta Tokio. Además, los vientos a esas alturas van a favor de ese sentido de vuelo y empujan al avión, que pasa sobre Alaska y termina bajando en el mapa desde el norte hasta Madrid. Así que los que completen el vuelo habrán dado una vuelta al mundo y no en cuarenta días, sólo en 28 horas totales de vuelo y eso es bastante emotivo, impresiona bastante.
Tres frecuencias semanales de vuelos directos entre Madrid y Japón
Tres vuelos viernes, sábados y lunes y si aprovechas el vuelo para dormir, cuando llegues al aeropuerto de Narita por la mañana, todavía tienes casi un día por delante para darte un primer paseo por esta ciudad de Tokio que tiene tanto que ver. Si puedes venir una semana está muy bien, pero en lugar de ajustar una semana entre tus dos vuelos también puedes venir un viernes y volver un lunes, alargando un poco la semana, o quedarte un par de semanas para conocer Tokio y otros lugares de Japón. La verdad es que el vuelo abre muchas puertas también culturales y hay un gran interés mutuo que hay con empresarios de ambos países. El vuelo de Iberia estoy seguro de que no solo va a llevar españoles a Japón, también llevará a Madrid mucho viajero japonés que tiene un alto nivel económico e interesa a hoteleros y turoperadores españoles.
Es muy buen momento para viajar a Japón, porque el yen está bastante bajo
Y es cierto, la comida no es cara y los transportes tampoco, la mayor dificultad son los primeros días hasta que dominas el transporte en metro y los taxis, porque la ciudad es descomunal, enorme y no tiene un centro concreto, es policéntrica y hay muchos barrios que tienen interés y muchas zonas de animación diferentes. Hay que elegir y hay que estar muy activo para disfrutarlo todo. Y por supuesto disponer de datos en el móvil porque todo es electrónico, la información y muchos de los pagos, aunque increíblemente muchas máquinas y locales funcionan solamente con pagos en metálico o con tarjetas niponas.
Una de las primeras cosas que hay que ver está en el barrio de Asakusa, es el templo budista más antiguo de Tokio, se llama Sensō-ji, es del siglo VII y es una belleza, grande, reconstruido tras la II Guerra Mundial, símbolo de reconciliación y muy visitado, en una zona muy animada, allí está también el santuario sintoísta de Asakusa y es que ya sabes que aquí mucha gente practica las dos religiones al mismo tiempo, porque el sintoísmo se centra más en la naturaleza y el budismo más en la vida personal… ¿Por qué elegir? Es mejor sumar. El templo tiene todos sus elementos, la fuente para lavarse y purificarse antes de entrar, la gran puerta defendida por figuras muy amenazantes y luego el templo con una decoración maravillosa y sus torres de varios pisos de tejados puntiagudos, es espectacular, muy recomendable.
También es precioso el santuario Meiji, en los Jardines Imperiales, en el Parque Yoyogi, el santuario es muy hermoso a pesar de ser muy nuevo, porque el original se terminó en 1920 y la reconstrucción tras la IIGM es de 1958, pero es un lugar casi sagrado para el país y los dirigentes internacionales que lo visitan siempre acuden en señal de respeto y además es precioso y tradicional con su puerta Torii de cedro, sus avenidas arboladas, el patio ante el santuario y con una exposición de barriles de sake, que son valiosos donativos al templo y que no bebe nadie y además también hay barricas de vinos franceses, muy curioso.
Todo es un poco indescifrable, pero hay que ver cómo se afanan los visitantes creyentes y los europeos también, es escribir peticiones de suerte y fortuna en tablillas de madera para colgarlas en el patio del santuario, los japoneses también adoran los amuletos, que valen para un año y que al año siguiente hay que renovar y tienen sus sitios especiales para depositar los amuletos caducados.
Además de templos es fascinante la arquitectura moderna de Tokio
Una de las más interesantes en ese sentido, como Chicago y Nueva York. Muy buena arquitectura moderna de una calidad y una precisión extraordinarias. Ya sabes que tienen varios arquitectos con premio Pritzker y todos tienen alguna de sus mejores obras aquí, en Tokio. Se puede ver el edificio del gobierno municipal de Kenzo Tange, que hizo las grandes obras de los JJOO de 1968, hay mucho suyo que ver, en hormigón, una mezcla de brutalismo y curvaturas orientales. Pero no sólo hay edificios, también hay zonas que son como museos de arquitectura, por ejemplo la calle Omotesando, donde hay edificios de Tadao Ando, Omotesando Hills, de Herzog & de Meuron el Prada, de Hiroshi Nakamura el Tokyo Plaza con su entrada en un caleidoscopio de espejos con escalera mecánica, el edificio Dior de SANAA, el Tod’s de Toyo Ito, el ONE de Kenzo Kuma, una colección de maravillas vinculadas a grandes marcas de diseño internacionales, así que son tan interesantes los edificios como sus escaparates e interiores, donde esperan los dependientes en formación militar, firmes y rígidos. Y vale la pena seguir un poco más hasta el Museo Nezu de Kenzu Kuma, que a mí me parece una maravilla.
La calle Takeshita-dōri es como una fiesta divertida, la de la moda joven, inspirada en los anime, con sus tiendas multicolores del diseño kawaii, llenas de jóvenes, donde todavía se ven esas chicas vestidas de muñecas con puntillas. Es un mundo de anime, de helados de color rosa, de dulces de dibujos animados, un fenómeno que es real y que sin duda vale la pena conocer. Parece que si no tienes tu propia imagen no eres nadie, la imagen es lo que todo el mundo ve, así que la imagen es el mensaje que lanzan al mundo. Pero de Omotesando me fui al barrio de Ginza que acumula otra selección de edificios y tiendas impresionantes, la torre Dentsu de Jean Nouvel, Mikimoto de Toyo Ito, de Renzo Piano la tienda Hermés Ginza, la torre Armani que es de Fuksas, es todo un espectáculo de lujo y de calidad muy imponente y he estado también viendo museos magníficos. El Museo Nacional de Arte Moderno, espléndido. Y un sitio que no hay que perderse es Design Sight con un pequeño museo de artesanía diseñado por Tadao Ando, el de las torres de la Fira de Barcelona, junto a un parque infantil de diseño y un rascacielos de SOM, el estudio norteamericano especializado en torres, que tiene dentro el delicado Museo de Arte Suntory, de Kenzo Kuma. Son sitios de una calidad arquitectónica, urbana y de vida impactantes, pero también hay mucha vida nocturna, mucha animación tras la caída de la tarde.