LA PALMA

Viajar tras las estrellas

Nos movemos a La Palma, la isla donde hace más de tres décadas se firmó la pionera Ley del Cielo para evitar la contaminación lumínica y que, algo después, se convertiría en la primera Reserva Starlight del mundo, cuajada de miradores astronómicos para disfrutar, como en pocos lugares del planeta, de todo lo que brilla en el firmamento.

Elena del Amo

Madrid |

El 6 de agosto tendremos luna nueva y en esas noches tan oscuras es cuando mejor se ven las estrellas. Ya enseguida, el 12 de agosto, se espera la mayor actividad de la lluvia de meteoros de las Perseidas, el fenómeno astronómico más esperado del verano. Entonces la luna estará en cuarto creciente, por lo que este año no parece que vaya a ser el mejor para admirar las también llamadas "lágrimas de San Lorenzo’, pero en La Palma, con luna o sin ella, lo que se ve en las alturas es siempre un espectáculo. Junto con lugares ya mucho más alejados, como Hawai o el valle chileno de El Elqui, La Palma es una de las mejores esquinas del planeta para admirar las estrellas. Fue la primera Reserva Starlight que se creó en el mundo, es decir, espacios naturales donde el Instituto Astrofísico de Canarias certifica que no se han escatimado medios para proteger la calidad de los cielos nocturnos y ponernos fácil a los humanos eso tan cotidiano para nuestros antepasados, pero tan exótico hoy para los urbanitas, como levantar la cabeza y quedarte pasmado con todo lo que chisporrotea en las alturas.

Yo hace años, ya lo he contado alguna vez en Gente Viajera, me crucé el Atlántico en un velero ayudando con las guardias nocturnas a sus dueños, que necesitaban llevar el barco de España al Caribe. Durante la travesía, como cada noche pasaba horas en cubierta vigilando que el rádar no avisara de algún peligro, veía cómo la luna crecía o menguaba, cómo, según avanzaba la noche, las estrellas que a primera hora veías a un lado del cielo, pasadas unas horas las tenías del lado opuesto… Sé que es algo de lo más obvio, pero al menos yo, como buena urbanita, vivía totalmente al margen. Desde entonces, no puedo dejar de mirar la luna cada noche. Salir al campo en una noche lo más oscura posible para admirar las estrellas es una preciosidad que todos tenemos al alcance de la mano, pero si uno tiene la posibilidad de hacerlo en La Palma, que se prepare, porque es una de esas experiencias que no se olvidan.

Cielo estrellado
Cielo estrellado | Pixabay

Una "Isla bonita" con dieciséis miradores astronómicos

De día la isla es preciosa, no tanto por sus playas de renegrida arena volcánica como por sus bosques de laurisilva, la arquitectura colonial de su capital de juguete o sus geografías tan abruptas, donde vas viendo cómo cambia la vegetación a medida que vas subiendo de altitud entre las mil y una curvas de sus carreteritas rurales. Pero de noche, sobre todo cuando no hay luna, la isla es aún mejor. Cientos de visitantes que eligen La Palma precisamente por la calidad de sus cielos se reparten entonces por una red de dieciséis miradores distribuidos por cada uno de sus municipios. Los más profesionales llevan sus propios telescopios, otros contratan para la ocasión a algún guía Starlight, que te va explicando todo lo que va asomando por el cielo, aunque a tu aire y a simple ojo desnudo, sin necesidad de ningún tipo de artilugio, la cantidad de estrellas chisporroteando en las alturas, la Vía Láctea estirándose como si fuera una senda de diamantes, es algo que emociona… De verdad que serán unas horas de las que te acuerdas toda la vida, seas un experto o no.

Bajo la Vía Láctea
Bajo la Vía Láctea | Pixabay

Pionera de la protección de los firmamentos

Como en La Palma se firmó hace décadas la primera Ley del Cielo, de noche sus pueblos y ciudades se iluminan con unas farolas muy tenues que orientan sólo hacia el suelo una luz anaranjada muy suave que minimiza la contaminación lumínica. Pasaron, pues, a la historia esos chorros innecesarios de luz que no solo impiden disfrutar del cielo, sino que además despistan -y mucho- a los animales nocturnos. Se eliminaron por completo en La Palma y poco a poco van desapareciendo también en cada vez más rincones respetuosos con el medioambiente de España, para fortuna de los llamados "astroturistas" y para fortuna también, en La Palma, de los científicos que vigilan cuásares y agujeros negros, enanas marrones y demás cuerpos celestres desde la docena larga de telescopios que concentra el Observatorio del Roque de los Muchachos, a casi 2.400 metros de altitud en pleno Parque Nacional de la Caldera de Taburiente.

Telescopios en La Palma
Telescopios en La Palma | Pixabay

La Palma o visitar telescopios internacionales punteros en todo el planeta

Se pueden visitar sólo de día, eso sí, porque a la noche está prohibido acceder a la zona para no molestar a los científicos con las luces de los coches. Se suelen permitir las visitas al William Herschel, uno de los telescopios ópticos más grandes de Europa, al italiano Galileo o a los Magic, utilizados sobre todo para la detección de rayos gamma. Pero el que más se visita, siempre previa solicitud a través de la web de la Fundación Starlight, es el Gran Tecan, el Gran Telescopio Canarias. Aunque allí no ves a los científicos mirando por los telescopios, sino pegados a los ordenadores, la visita te la hace un experto y, a los profanos, nos da muchas claves sobre estos cielos que, a la noche, cuando estás a la intemperie en cualquiera de sus dieciséis miradores astronómicos de La Palma, te ayuda a entender mejor lo que estás viendo… Y es que no es casualidad que tantísimos centros de investigación se concentren en La Palma. La isla reúne un montón de condiciones: la poca contaminación lumínica que llega desde pueblos y ciudades, regulada por la Ley del Cielo, queda además frenada por el espectacular mar de nubes a los pies del Roque de los Muchachos. Es decir, que las nubes suelen quedarse más abajo del Observatorio y, sobre él, el cielo está completamente despejado muchísimas noches al año. Y algo excepcional para los que no somos expertos: desde La Palma alcanza a verse parte del cielo del Hemisferio Norte y parte del Sur, por lo que se ve un firmamento muy distinto al que vemos en la Península. Hay sitios bonitos para ver cielos, pero hacerlo en La Palma son palabras mayores.

Senderismo en La Palma
Senderismo en La Palma | Pixabay

Hay un par de restaurantes que, como la isla está muy vinculada a la astronomía, han ideado unos menús vinculados al cosmos, con proyecciones de cuerpos celestes entre medias de los platos. También hay rutas senderistas, de día y noche, orientadas al conocimiento del firmamento. La Palma ofrece una experiencia de astroturismo completa.