En el norte, donde se encuentra Hanoi, la capital, la bahía de Halong, que con sus miles de islotes de vegetación tropical dispersos por el golfo de Tonkin es la postal más reconocible de Vietnam. Y también en el norte están las montañas de Sapa, donde se concentran muchísimas de las 54 minorías étnicas que tiene Vietnam.
Hue fue la última capital imperial antes de la guerra, y se conservan varias de las tumbas de los emperadores vietnamitas, que son como parques descomunales con lagos y templos budistas, y sobre todo se conserva la ciudad imperial, que viene a ser una especie de Ciudad Prohibida de Pekín en miniatura. Algunas partes de este complejo de pabellones y templos desapareció bajo los bombardeos, pero otras se mantuvieron en pie y han sido restauradas. Pero todavía puedes ver restos de metralla en la muralla que encierra toda la ciudad imperial. En Hoy An es, con diferencia, la ciudad más bonita de Vietnam. Hoy An fue del siglo XVI al XVIII un puerto comercial muy importante sobre todo para el comercio de la seda. Es más conocida la ruta de la seda que atravesaba por tierra desde China hasta las puertas de Europa, pero también hubo una ruta de la seda marítima, y Hoy An fue uno de sus grandes puertos. Por eso quedan barrios enteros de los comerciantes japoneses, de los antiguos comerciantes chinos… incluso de los europeos. Como no sufrió los bombardeos durante la guerra de Vietnam, o al menos no tanto como otras ciudades, siguen en pie cientos de casas centenarias de madera de teca, a orillas de un río que ayer mismo estaba desbordado por las inundaciones y apenas pude caminar por una sola de sus calles históricas, pero las lluvias han dado ya una tregua y vuelve a ser una delicia caminar por sus calles antiguas, repletas ahora de tiendas donde se vende la mejor artesanía local.
Hacerse un traje en una sastrería de Vietnam
Aunque pueda parecer sorprendente, esta puede ser una de las experiencias más curiosas porque en este país trabajan unos sastres maravillosos. De hecho, la industria textil es la más importante actualmente, pero en Hoi An la cosa no tiene nombre. De un día para otro te hacen la ropa que quieras. O les llevas un modelo, o incluso un dibujo de lo que quieres, y te lo clonan en apenas unas horas. "Siempre que vuelvo, me traigo en la maleta los típicos pingos que tienes destrozados de tanto usarlos y que te resistes a tirar, y aquí me los copian. De verdad que es toda una experiencia ver estos talleres…todos de propiedad privada, porque en Vietnam tendrán un gobierno comunista, pero la economía es puramente capitalista desde que en la pasada década de los 90 aceptaron la globalización como algo irremediable y, para bien o para mal, se abrieron a la economía de mercado", cuenta Elena del Amo.