Arquitectura y lujo

Dubái, un viaje de invierno

El invierno es la mejor época para visitar los destinos del Golfo Pérsico y queríamos proponer un viaje a Dubái. Un destino muy especial dado el interés que tiene por su arquitectura moderna, en especial claro, porque sigue teniendo el edificio más alto del mundo, la torre Burj Khalifa, que supera los ochocientos metros de altura, 828 metros exactamente.

Enrique Domínguez Uceta

Dubai |

Un proyecto ambicioso que desde que se inauguró en 2010, hace ya más de trece años, no ha sido superada todavía, un edificio admirado por su altura, pero poco valorado por su belleza, porque en el monótono tema de los rascacielos ha conseguido una silueta esbelta y afilada bastante airosa, nada pesada ni vulgar, es una bella obra, aunque su funcionalidad, como la de todas las grandes torres, es lamentable, puesto que apenas cuenta con espacio libre en su interior, aunque las vistas son espectaculares, por eso no hay que dejar de subir a sus miradores de las plantas 124 y 125, situados a 442 metros de altura, o al más alto del piso 148, a 555 metros del suelo y contemplar desde allí el país a vista de pájaro, porque desde allí se ve el país completo en días claros, un país realmente muy pequeño.

Dubái
Dubái | Pexels - Fredy George Antony - 19422558-6536034

Dubái es un pequeño territorio lleno de interés por su riqueza y por su variedad

Ahora es un gran parque de atracciones arquitectónicas y está lleno de lujosos malls, gigantescos centros comerciales y de parques temáticos de los temas más diversos. Pero para mí, por encima de todo lo que atrae tu atención, me impresiona el fenómeno de la creación de una ciudad del futuro en medio de la, casi, nada, en un territorio tórrido en verano, reseco, en el que solo vivían 60.000 personas soportando 50 grados de calor en verano, viviendo de la pesca y de la venta de perlas naturales que sacaban buceando de las aguas del Golfo Pérsico. Hasta que se encontró petróleo en 1966 y se disparó la riqueza disponible, y ahí surgió un nuevo milagro, porque esa sociedad casi medieval, aislada y muy tradicional, tuvo la energía y la lucidez de imaginar el futuro con acierto, porque comprendieron que el petróleo algún día se acabaría y que tenían que aprovechar la riqueza caída del cielo, o surgida del subsuelo, donde estaba el petróleo, debían usarla para crear algo nuevo y sostenible en el futuro o esa fue una idea visionaria en aquel momento, no lo había emprendido nadie. Y lo mejor de Dubái es el éxito de una idea iniciada hace medio siglo ya, defendida con energía por el jeque Rashid y continuada por sus hijos, el jeque Maktoum y desde 2007, el actual jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum. A lo largo de los tres mandatos se logró convertir el país en una metrópoli dedicada a las finanzas y al turismo de lujo. Por eso me interesan dos cosas contrapuestas en la visita de Dubái, por un lado, todo aquello que recuerda lo que era Dubái hace cinco décadas y por otro conocer lo que es hoy el país.

Tradición y cultura en Dubái
Tradición y cultura en Dubái | Pexels - Walidphotoz - 1064766

Podemos visitar los vestigios de lo que era Dubái antes del gran cambio

Lo primero es siempre la geografía y se puede visitar la ría en la que atracaban los barcos de los pescadores de perlas que dieron origen a la ciudad, la ría que servía como puerto a tres centenares de barcos hace poco más de un siglo. Esa ría es el creek, Khor Dubái, donde vivían también los navegantes y los comerciantes y ahora hay una antigua dársena en la que atracan los dhows, los barcos tradicionales de madera típicos del Índico. Es un placer subirse en una de las abras, los pequeños barquitos que cruzan a los peatones entre las dos orillas de la ría, en las que se acumulan edificios tradicionales de baja altura, zocos, mezquitas, viviendas, que recuerdan el mundo antiguo típico de las costas del Golfo Pérsico. A mí me encanta pasear por el barrio de Deira, en el lado este del viejo puerto, donde se acumulan tiendas especias, de perfumes y el espectacular zoco de los joyeros, con escaparates y tiendas llenas de dubaitíes comprando costosas piezas de oro y de piedras preciosas. En esa zona viven muchos de los trabajadores llegados desde el sur de Asia, que forman más del 90 % de la población y que tienen allí sus restaurantes populares y nada sofisticados. Y la parte más valiosa está al otro lado de la ría, en Bur Dubái, donde se puede ver Bastakiya, una reconstrucción de las construcciones de tapial de la ciudad antigua y unas piezas arquitectónicas geniales que son las torres de viento, que generaban aire fresco incluso en los días más calientes del verano, no hay que dejar de visitar allí el Museo de Dubái, en el Fuerte Al Fahidi, donde se puede descubrir la historia del país.

El Dubái más moderno y vanguardista
El Dubái más moderno y vanguardista | Pexels - Thais Cordeiro - 2213281-3873672

Frente al Dubái antiguo se extiende el Dubái moderno y vanguardista

En una estrecha franja de terreno que corre a lo largo de la costa y que tiene pocos kilómetros de profundidad. En el mar, Dubái ha construido el mayor puerto artificial del planeta, Jebel Ali, un gran puerto comercial en el oeste de la ciudad, aunque las terminales de cruceros están en otros puertos, como el de Dubái y Puerto Rashid, pero junto al mar hay que destacar también la zona de Dubái Marina, una línea de torres residenciales que crecen a lo largo del litoral, entre las playas y el canal interior paralelo a la costa que aparece lleno de barcos de recreo y rodeado de restaurantes estupendos y zonas de ocio y de paseo junto al agua. Sobre el mar han crecido también las grandes urbanizaciones conocidas como palmeras, porque desde la costa se adentran en el mar con forma de árbol, de palmera o de candelabro, con ramas o brazos estrechos que contienen una calle con parcelas a ambos lados, que tienen acceso por tierra desde la calle y por el otro lado, playa y embarcadero particular en las aguas del Golfo. Las dos grandes palmeras son The Palm y Palm Jebel Ali, a ambos lados del puerto moderno.

Burj Khalifa
Burj Khalifa | Pexels - Pixabay - 162031

Para los amantes de los rascacielos hay que subir al Burj Khalifa

El imponente Burj Khalifa que se refleja en un gran lago artificial rodeado de torres y que tiene a sus pies el gigantesco Dubái Mall, que contiene una enorme cantidad de locales comerciales exclusivos, algunos entre los más elegantes del mundo, un verdadero museo de la exquisitez en diseño y objetos contemporáneos. A mí me fascina. La zona del Burj Khalifa es el Dowtown, el núcleo urbano, con las torres de Emirates, el Mall of the Emirates que tiene en su interior Ski Dubái, que fue la primera estación de esquí artificial en Oriente Medio. En el barrio hay varios parques de atracciones, como el Dubái Miracle Center, en el que viven, ahora, en invierno, 250 millones de plantas, lo digo porque cierra en verano, o como el IMG Worlds of Adventure, que el parque temático cubierto más grande del mundo. Pero quienes busquen arquitectura van a encontrar una ciudad con más de 500 rascacielos, con 27 de ellos por encima de los 300 metros de altura, y unas cuantas obras muy singulares, como The Opus, diseñado por la arquitecta Zaha Hadid y la Cayan Tower, que asciende girando sobre su eje hasta los 306 metros de altura y la firma el poderoso estudio norteamericano SOM, autor también del Burj Khalifa, aunque el edificio que se ha convertido en emblema del país es ahora el Museo del Futuro, proyectado por Killa Design, con forma de anillo y fachada de acero inoxidable perforada con palabras del jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum trazadas con exquisita caligrafía árabe. Pero hay muchos edificios hechos para atraer la mirada, como Dubái Frame que es un marco de 150 m de largo que simboliza la conexión del antiguo y el nuevo Dubái, cuya historia se relata en el museo que contiene.

Centro de Dubái
Centro de Dubái | Pexels - Apasaric - 356286

Están construyendo también un edificio de Santiago Calatrava

Todavía no está terminada la Creek Tower de Santiago Calatrava, que quería llegar a los 1300 m de altura y finalmente no superará al Burj Khalifa. Pero toda la ciudad está llena de proyectos ambiciosos, las dos torres One Za’abeel, diseñadas por Nikken Sekkei, la Sustainable City y The Sustainable Sky Tower, con desarrollos de sostenibilidad, y muchos temas de interés que intentan superar el propósito ostentoso de los primeros rascacielos de una ciudad que más allá de su carácter de destino vacacional, tiene un profundo poso de fenómeno contemporáneo, de germen de la transformaciones que se están produciendo en los países de la península Arábiga con costas en el golfo Pérsico.