Cerca del barrio de los museos

Ruta por los barrios alternativos y modernos de Viena

Las grandes ciudades europeas esperan a los viajeros también durante el verano, como en la capital de Austria, en Viena, que es sin duda una de las ciudades más bonitas de Europa y una de esas ciudades a las que siempre apetece volver.

Enrique Domínguez Uceta

Viena | 14.07.2024 14:11

Es lo mejor de Viena, que si no la conoces todavía ya es urgente que hagas una escapada para descubrir por ti mismo sus maravillas y si ya la conoces, siempre apetece volver para disfrutarla, porque es una ciudad espléndida para vivir en ella, para pasear, para visitar sus museos, para sentarte en sus cafés y para probar sus dulces deliciosos, para ir a conciertos o para visitar sus palacios, que están entre los más bonitos de Europa. Viena es una ciudad muy disfrutona, acogedora, alternativa y muy libre. Desde la primera vez que fui a Viena ya tuve la sensación de que los vieneses son estupendos, mucho más cordiales que los ciudadanos de otras grandes capitales europeas. La política de vivienda de la ciudad ha impedido que la especulación inmobiliaria se lleve la mayor parte del sueldo de los ciudadanos, y que eso les deja mucho margen para disfrutar de la vida cotidiana, y se nota en las calles. Acabo de volver a Viena y he descubierto que la ciudad vuelve a estar en vanguardia en vida ciudadana sostenible, ecológica, artística y gastronómica y ofrece nuevas formas de disfrutar de su belleza.

Viena
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Ir a los palacios y descubrir tiendas, galerías de arte, cafés y restaurantes

Seguro que quien visite Viena se va a mover en el entorno del palacio de Schönbrunn, el de Sissi Emperatriz y del Barrio de los Museos que se ha creado en lo que antes fueron las cuadras y establos vinculados al palacio. Irán también al palacio de Belvedere, sobre todo porque tienen una colección estupenda de cuadros de Gustav Klimt, que no sólo son muy hermosos, también transmiten ese punto sensual y de confort oriental que se manifiesta en las telas que podemos ver en su cuadro más famoso, El Beso, o quizá se acerquen hasta el Museo de la Ciudad, frente a la iglesia de San Carlos, con sus dos torres simétricas reflejándose en el estanque que tienen delante, pero de Viena siempre me ha impresionado la calidad de su vida cotidiana, la gente disfrutando en los cafés, en las reposterías, tomando una tarta Sacher al salir del concierto, o comprando complementos en las preciosas tiendas que diseñó Adolf Loos, por eso me ha encantado conocer mejor el barrio que hay detrás del Barrio de los Museos, el barrio de Spittelberg, un barrio que estaba muy abandonado, los edificios no habían sido renovados, incluso dicen que había alguna zona de prostitución, y que ahora se ha llenado de vida de gente joven, que aprovecha un territorio urbano que ahora tiene un encanto alternativo, absolutamente seguro, divertido y sorprendente.

Austria
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La Viena Imperial del siglo XIX propone también un viaje en el tiempo

Aunque hay otra más humana, auténtica y callejera, en la que recuperar la ciudad, sin terrazas de lujo para turistas ricos y por eso tiene un nuevo encanto de murales urbanos, de patios aprovechados como jardines por sus vecinos, de tiendas de productos ecológicos y de galerías de arte alternativas, donde la vida cotidiana tiene un acento convivencial urbano lleno de frescura y calidad al mismo tiempo y desde el punto de vista turístico, ha generado también actividades alternativas poco pretenciosas que te permiten percibir la ciudad de otra manera.

Una de las cosas que puedes hacer es combinar un restaurante muy ecológico con un cursillo de encuadernación, como el que yo pude hacer en Sous-Bois, Papeterie & Café, que combina papelería selecta y un café donde puedes comer bien, beber o charlar en un ambiente casi ibicenco por lo informal. Ofrecen bocadillos, platos orientales, pastelería francesa, preparaciones con queso y vino natural. Luego puedes pasar a la papelería y hacer una práctica de encuadernación, de manera que comes bien y sales de la actividad con un cuaderno hecho por ti mismo con el tipo de encuadernación con cordeles típica de Japón. Después puedes hacer un recorrido guiado por los murales urbanos de arte callejero, de una calidad enorme, por el barrio de Spittelberg, aprovechando para hacer un alto en alguna cervecería o entrando en alguna de las tiendas de comida ecológica que han proliferado en el barrio, un nuevo comercio en el que se combinan estilosas tiendas de ropa reciclada, tiendas de flores de cultivo ecológico y otras de productos naturales, vinculadas a un estilo de vida sostenible.

Restaurantes por Viena
Restaurantes por Viena | Pexels - Jonathan Valdés - 286676880-23371785

Comer es un momento del día que puede dar muchas satisfacciones

Y que pueden ser grandes acontecimientos en el viaje, como lo fue en este viaje comer en el restaurante de Stefanie Herkner, Zur Herknerin, que no es uno más. Esta señora es hija de un gran cocinero austriaco, tiene editados varios libros de cocina tradicional y es muy popular, pero no regenta un restaurante convencional, cogió el local de una fontanería y lo convirtió en una sala en la que enseña a cocinar y te permite participar en la elaboración de parte de la comida que luego degustamos siguiendo sus explicaciones.

Pero no es la única posibilidad, en Viena también hay restaurantes como el Z’Som, de alta cocina, pero de estilo casual, con platos de ingredientes regionales tratados con estilo internacional, es un placer la buena cocina y el ambiente relajado que crean la pareja que lo lleva, pareja tirolesa-chilena, formada por Judith en la sala y Diego en la cocina. Pero también te puedes tomar un schnitzel en la terraza cubierta de Glacis Beisl junto al Barrio de los Museos, o buscar el ambiente moderno de una taberna tradicional en Brösl, en el barrio de Stuwerviertel. O probar los bombones artesanales y veganos de la diminuta chocolatería Dulcería.

Una ciudad placentera
Una ciudad placentera | Pexels - Luis Felipe Perez - 817377805-19297798

Una cara sumamente placentera de una ciudad espectacular

Pero ya que estamos buscando el encanto de los barrios de Viena, también puedes comer en el mercado de Naschmarkt, junto al antiguo barrio judío de Viena, o pasear por los barrios de Gusshausviertel, entre el palacio Belvedere y la catedral de San Carlos y de Freihausviertel, donde viven artistas y artesanos o puedes encontrar un taller de cerámica hecha a mano con tienda exquisita como Feinedinge. Un sitio donde alojarse puede ser el Hotel Gilbert, un estupendo hotel sostenible junto al barrio de los Museos, pero en el barrio de Spittelberg, con todo lo que acabo de contar al alcance de la mano, pero también a un paso de esa maravilla que es el Leopold Museum, lleno de obras de Egon Schiele y de Gustav Klimt, y de las piezas del maravilloso Art Nouveau vienés, de la Sezesión, una joya, como es también el Museo de la Ciudad, aunque tampoco está de más disfrutar de la diversión del parque de atracciones del Prater de Viena, con su mítica noria, junto a los edificios universitarios de las escuelas técnicas.