Los once municipios que conforman la comarca de Olivenza destacan por la diversidad de su paisaje, la dehesa, las zonas de cultivo, bosque mediterráneo… También por la cultura, la importancia del agua y la gastronomía. Todo con influencias del país vecino, de Portugal, con el que guarda una larga historia y que por su cercanía geográfica brinda a esta zona una oportunidad única que ofrecer a los turistas que la visiten.
Olivenza, cruce de fronteras
Durante mucho tiempo portugueses y españoles se enfrentaron en batallas por hacer suya Olivenza. En el año 1801 en la conocida como “Guerra de las Naranjas” los españoles consiguieron finalmente la anexión de este territorio, cedido a los lusos en 1297.
Fue gracias a una campaña militar que, por cierto, se ve retratada en el cuadro “Godoy como general” de Goya. Parece comprensible que se quisieran hacer con ella. Olivenza es una localidad con un gran patrimonio. Todos estos conflictos le dejaron verdaderas joyas militares como el Alcázar y Torre del Homenaje o la muralla medieval.
El municipio también cuenta con templos con un gran valor histórico como el Convento de San Juan de Dios o la Iglesia de Santa María del Castillo. En esta última reposan los restos de Fray Henrique de Coimbra, confesor del rey de Portugal, misionero en Calcuta y el primer sacerdote que celebró un misa en Brasil, en abril del año 1500.
Cuando Ceuta era un obispado portugués que extendía sus dominios a la península, llegó a Olivenza este obispo viajero. Después de tanto viaje, la muerte vino a su encuentro en esta comarca y es en la capilla absidal de esta Iglesia donde descansa. Una construcción muy visitada en la localidad por su estilo manuelino con columnas entorchadas, retorcidas, con la forma de una maroma; un emblema de la vocación viajera y navegante de los portugueses, que dominaron durante siglos estas coordenadas del margen izquierdo del río Guadiana.
Una incursión en tierras castellanas que explican la biculturalidad de este sitio en el que el español se habla con concesiones portuguesas, las calles tienen dos nombres, oficialmente reconocidos. Como doble es, también, la nacionalidad que pueden obtener, si lo desean, quienes nacen en Olivenza. Un cruce de fronteras que enriquece. Y eso se nota, por ejemplo, en la construcción de sus casas, en el empedrado ondulado de sus paseos y en la dulcería que se sirve en sus mesas.
Destino de turismo sostenible
Esta comarca se encuentra en la provincia de Badajoz desde donde en su Diputación Provincial trabajan por implementar las acciones que hay establecidas dentro del Plan de Sostenibilidad Turística que tiene Olivenza. Sobre ello, hablaremos con Miguel Ángel Gallardo, presidente de la Diputación.
El objetivo principal de esta estrategia persigue la transformación integral de la comarca en un eco destino turístico sostenible y adaptado a la economía verde, inteligente e integrador, con capacidad de atracción turística para favorecer la generación de empleo de calidad y combatir la despoblación.
Gastronomía y la Técula Mécula
Olivenza, entre otros muchos atractivos, es conocida gracias a una delicia gastronómica llamada Técula Mécula. Su nombre significa algo así como “para ti, para mí” o “para compartir” y eso es lo que hacen con todo aquel que pasa por la pastelería "Casa Fuentes". Junto con Celestina Rodríguez Fuentes, su propietaria conoceremos los secretos de esta tarta que tiene a la almendra como ingrediente principal.
