PROGRAMA ESPECIAL DE GENTE VIAJERA

José Pont, sobre el Monasterio de Piedra: "A finales de octubre nos despertamos con una pesadilla"

Carles Lamelo habla con José Pont director general del Centro Turístico de este edificio tan emblemático de la comarca de Calatayud (Zaragoza) con motivo de su reapertura tras los efectos de la DANA

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Madrid |

El Monasterio de Piedra es conocido por ser un edificio histórico y emblemático de la comarca de Calatayud que guarda una estrecha relación con el mundo religioso. Con un legado de más de 800 años a sus espaldas, este edificio es icono del turismo aragonés y que este 22 de marzo reabrió sus puertas tras los efectos de la DANA que azotó al país en octubre.

José Pont, director del Centro Turístico del Monasterio de Piedra, habla con Carles Lamelo en 'Gente viajera' sobre la importancia de este enclave turístico para la región que, además, guarda una curiosa relación con el chocolate. "La historia nos cuenta que hacia 1534, un monje que había profesado en el Monasterio de piedra estuvo en México con Hernán Cortés y al venir a España trajo consigo varios sacos de cacao", explica Pont. "Otros monjes, compañeros suyos, empezaron a probarlo con una particularidad, pues el chocolate no estaba contemplado en el Antiguo Testamento como un alimento prohibido cuando tocaba ayunar". En este sentido, añade Pont, los religiosos descubrieron un especial encanto en el chocolate.

Paisaje del Monasterio de Piedra
Paisaje del Monasterio de Piedra | ondacero.es

Trabajo y sacrificio hasta la reapertura

Este espacio natural e histórico cerró sus puertas tras los efectos de la DANA de octubre. Pont recuerda en 'Gente viajera' cómo vivieron esos momentos: "A finales de octubre nos despertamos con una pesadilla. La crecida del río fue algo nunca visto, llegamos a un cauce de 90 metros cúbicos por segundo. Esto fue continuo durante un par de días hasta que empezó a bajar". El director del Centro Turístico recuerda que "todo cambió" a partir de ese momento y que desde entonces han trabajado para "recuperar lo que ya teníamos intentando mejorarlo". Porque, tal y como ha afirmado, no se trataba de transformar, sino de recuperar.

Tras varios meses cerrado, los primeros viajeros han regresado a su interior. "La sensación es muy positiva", reconoce Pont, quien asegura que "estar en el hotel, el mero hecho de pasear por sus pasillos, bóvedas, habitaciones, por sí solo es una maravilla. Ese es el comentario de nuestros clientes".

Cascadas del entorno
Cascadas del entorno | ondacero.es

Tratamientos y zona de spa

Los viajeros que acudan al monasterio, además de poder disfrutar de la naturaleza y del encanto del edificio, pueden aprovechar para relajarse gracias a los beneficios del agua. "El spa es un espacio fantástico, son más de 500 metros cuadrados de zonas de agua y siete salas de tratamientos", señala Pont. "Ponemos a disposición de nuestros clientes, tanto internos como externos, una carta con más de 15 tratamientos en los que se puede disfrutar desde el tratamiento con chocolate a otros con diferentes aceites".

Otra de las curiosidades que guarda este edificio es su estrecha relación con el sector de la piscifactoría. Cuenta Pont que Juan Federico Muntadas fue quien consiguió "crear la primera piscifactoría de España". Esta, explica, "desde los primeros pasos fue gestionada por el Estado español, convirtiéndose en la piscifactoría general de España. Estaba destinada a repoblar ríos, embalses, etc. Llegó hasta el siglo XXI gestionada por el Estado español hasta el momento de la creación de las comunidades autónomas, cuando pasó a estar gestionada por el Gobierno de Aragón".

Sin embargo, sus puertas cerraron en 2015, aunque Pont apunta que "uno de los objetivos en mente es poder recuperarla para que, de modo artesanal, poder tener de nuevo especies para repoblar esos estanques de la zona de piscifactoría".