Nos vamos de museos, pero estos son diferentes. Hacemos un repaso a museos únicos, curiosos y escalofriantes, como el Sensorium, a 15 km de Berna, en el que se espera que el visitante experimento cómo ve el ojo, cómo oye el oído… o el museo del espionaje en Washington, en el que el visitante puede adquirir una falsa identidad. También conocemos el museo de los instrumentos de tortura medieval en Praga, no apto para sensibles, o los museos de las falsificaciones, uno en París y otro en Austria.
Museos únicos, curiosos y escalofriantes
Nos vamos de museos, pero estos son diferentes. Hacemos un repaso a museos únicos, curiosos y escalofriantes, como el Sensorium, a 15 km de Berna, en el que se espera que el visitante experimento cómo ve el ojo, cómo oye el oído… o el museo del espionaje en Washington, en el que el visitante puede adquirir una falsa identidad. También conocemos el museo de los instrumentos de tortura medieval en Praga, no apto para sensibles, o los museos de las falsificaciones, uno en París y otro en Austria.
