El Tratado de Tordesillas deja muy claro el reparto entre Castilla y Portugal de los dominios de ultramar y ahora una nave castellana está atravesando la parte lusa del globo. No pueden dejarse ver, han de sortear cualquier riesgo de ser detectado por los barcos del rey Manuel. Están contraviniendo el pacto entre las dos potencias del mar y en caso de se avistados lo mínimo que les espera es la prisión. Hay que llegar a Cabo de Buena Esperanza cuanto antes y emprender rumbo norte a España, sin olvidar que pueden toparse con piratas.