Ethel y Julius Rosenberg fueron ejecutados en Nueva York en el verano de 1953, un verano que Sylvia Plath recordó como especialmente raro y tórrido en su novela "La novela de cristal". El matrimonio fue acusado de haber filtrado secretos nucleares a la UniónSoviética, encontrado culpable y electrocutado cuando se cumplían tres años desde el inicio de la guerra de Corea. Julius murió con una sola descarga; Ethel recibió tres. La ergonomía de la silla no era la adecuada para la complexión física de una mujer y costó terminar con su vida.