Hablamos con Dionisio Jesús Valdés Rodríguez, más conocido como Chucho Valdés, uno de los pianistas cubanos más reconocidos del jazz. A sus 80 años y tras 60 de carrera musical, sigue tocando y nos atiende entre concierto y concierto.
Su abuela, Caridad Amaro, tuvo una gran influencia en él y así nos lo ha contado: "Ella ayudó a mi papá, Bebo Valdés. Vivíamos en un pueblo muy pequeño donde no había escuela de música. Decidió comprarle un piano y ella me inspiró a seguir a mi padre. Le agradecemos que fuese el cerebro y el corazón de la familia".
En un lugar como Cuba, donde la música está en la calle, Valdés, recalca la necesidad de ir a academias y escuelas musicales: "Ayuda mucho al desarrollo, a tener un abanico ancho y también inspira cuando uno está empezando porque se presenta la oportunidad de escuchar a grandes músicos. No solo preparan técnicamente sino que enseñan experiencias".
Es por ello, que el pianista ha inaugurado una academia online: "Dar clases es una sensación muy agradable. Yo transmito experiencia y conocimiento. Me ayudó estudiar la carrera de magisterio cuando era joven porque esa pedagogía me ha servido mucho en la música".
También hemos tenido la oportunidad de hablar con el músico sobre la composición, la cual describe como un duende que baja para traerle las mejores ideas: "El duende no puedes salir a buscarlo, él viene cuando quiere, aun en los momentos más inapropiados".
Muy unido a España
Chucho tiene una relación sentimental fortísima con España, especialmente con Benalmádena, Málaga, donde reside. Un país donde la edad mínima de jubilación es de 64,6 años: "Es un problema conceptual. Para mí la música es un arte que se desarrolla todo el tiempo y todos los días aparecen cosas nuevas. Nunca va a existir un final, hay que seguirlo hasta cuando se pueda".