La moda, se puede decir que es un reflejo de la situación social, política y económica de una sociedad. Y en el siglo XX se pudo ver como la moda vivió muchos cambios. En toda la primera parte del siglo XX, el sector textil estaba muy arraigado, ya se veían a los comerciales con sus muestrarios que llevaban a empresas textiles cuando salían a vender por nuestro país o por el extranjero. Además de los carpesanos donde pequeños trocitos de telas permitían a los clientes hacerse una idea de los colores, la composición y de la tela.
Por esa gran importancia de la moda en el siglo XX las tendencias aparecía de un día para otro, pero hablamos de una de las más importantes. Apenas dos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, en concreto, el 12 de febrero de 1947, un modisto francés presentó una colección que llamó “La línea corola”. Hasta entonces las líneas de la ropa eran rectas, tendencias sobrias y faldas por debajo de la rodilla pero este modisto diseñó todo lo contrario, faldas con vuelo, mucha ropa en las prendas, muchas capas de ropa, cinturas ajustadas y trajes chaqueta para realzar la figura femenina. Este modisto es Christian Dior y su NEW LOOK.
A finales de los 50, con la estabilización de la economía, aumentó la clase media con poder adquisitivo. El consumo se generalizó y con el, el concepto del pret-a-porter, ya había llegado la democratización de la moda que se consolidó al inicio de los 60. De esta manera los hijos de esa clase media vieron en la ropa una manera de diferenciarse y en esta primera semana hablamos de una prenda básica en el mundo de la moda; a la “MINI” FALDA como prenda icono de esa generación. La necesidad de diferenciarse de las faldas abultadas y cinturas estrechas de las madres, de la feminidad de la moda del NEW LOOK.
Y para saber un poco más sobre esta prenda de ropa tan importante en la moda hablamos con Jaume Vidiella, estilista, director de la Escuela de Moda ESDI en Barcelona y especialista en Historia de la moda
