El squash es un deporte histórico con muchísimos participantes en todo el mundo. Se juega golpeando con raqueta una bola, la cual puede rebotar en todas las paredes, siempre que acabe golpeando la pared frontal antes de tocar el suelo una sola vez.
El presidente de la Federación Española de Squash, Pablo del Río, ha reconocido no saber el motivo por el que este deporte no está en el calendario olímpico: "Soñamos que seremos olímpicos algún día porque cumplimos con todos los requisitos. Nos hemos quedado a las puertas en varias ocasiones y esperamos tener otra oportunidad y entrar pronto".
Durante los años 80 y 90, el squash tuvo una gran repercusión, convirtiéndose así en un deporte de moda: "Era muy practicado, se construían pistas y clubes por todos lados. Sin embargo, luego pegó un pequeño bajón", ha confesado el deportista. "En los últimos años se están consiguiendo resultados a nivel internacional muy meritorios. España, en el último Europeo, quedó subcampeona y eso es bastante notorio", ha destacado.
Además, nos ha explicado los diferentes tipos de pelotas ya que "cada color de punto en la pelota indica el nivel de bote para adecuarse a las situaciones climáticas del lugar donde se juegue", así como el funcionamiento del arbitraje, el cual ha dicho que es "uno de los más complicados que existen porque hay situaciones en las que se producen interferencias que causan verdaderos debates con muchísima polémica".
En cuanto a la cristalera, ha confirmado que no es muy común que se rompa y que, en caso de hacerlo, se rompe "en trocitos muy pequeños para que no produzcan cortes".
