'El Quijote' ha sido traducido a unas 200 variedades lingüísticas. Traducir 'El Quijote', llevarlo a nuestra lengua, es hacerlo nuestro, es hacerlo parte de una cultura. Y es que estas primeras traducciones nos permiten ver los ámbitos de reflexión de esta obra en Europa en aquel momento, y que no se haya quedado como un simple libro de difusión del castellano.
Todo empezó en 1612, con la primera traducción al inglés llevada a cabo por Thomas Shelton. La hizo a petición de un amigo, y en su prólogo dice que tardó 40 días y que además lo hizo en 1606, un año después de haberse publicado la primera parte de 'El Quijote'.
Dos años después, en 1614, César Oudin lo traduce al francés, además de que también tradujo obras como 'La Galatea' o 'El curioso impertinente'. Oudin, sin embargo, realiza la traducción de'El Quijote' para el rey y para que se difunda entre los nobles.
No obstante, en Italia se traduce por una difusión comercial, ya que los centros venecianos tenían fama de tener un olfato especial por los grandes éxitos. En 1657 aparece la primera tradición al holandés en un ámbito muy especifico: los menonitas, que entendían que la literatura tiene que tener una función didáctico-moralista.
A lo largo de la historia también nos hemos encontrado con versiones manipuladas, como la traducción en 1687 del inglés John Phillips o del francés Filleau de Saint-Martin, que sin ningún tipo de inconveniente escribió una nueva entrega de 'El Quijote'.